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Zamora impulsa el bienestar de los empleados públicos, mientras Jujuy mantiene su superávit sin mejoras salariales
El 11 de mayo puede marcar el fin del feudo jujeño, un régimen que sacrificó el crecimiento para sostener su maquinaria política. Pero para ello, el pueblo jujeño debe romper con la inercia de la resignación y exigir lo que le corresponde. La diferencia entre Zamora y Sadir no es solo de administración, sino de visión política. Uno gobierna para la gente, el otro gobierna para la casta.