Desde el 1° de enero de 2026, el nuevo esquema de subsidios a la luz y al gas recortará de manera brutal la ayuda del Estado: solo se subsidiará el 50% de un bloque mínimo de consumo y el resto se pagará a tarifa plena. Para una provincia fría, pobre y periférica como Jujuy, el impacto será devastador. La paradoja es obscena: el pueblo que financió Cauchari con deuda y descuentos salariales no verá ni tarifas más baratas ni soberanía energética. ¿Fue un proyecto estratégico o una aventura cara que hoy se transforma en otra carga sobre la espalda de los jujeños?.