Tope a la nafta: la fuerte apuesta política de Massa mientras Cristina y Alberto Fernández dirimen la interna en silencio

 Tope a la nafta: la fuerte apuesta política de Massa mientras Cristina y Alberto Fernández dirimen la interna en silencio

El acuerdo es central para el plan que busca mejorar las chances del Gobierno en 2023. Los datos que generan un modesto entusiasmo en el oficialismo.

El acuerdo para poner un tope al aumento de la nafta anunciado este lunes por el ministro de Economía, Sergio Massa, busca desacelerar la inflación lo antes posible con el fin de solucionar el principal problema político del Gobierno, mientras el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner bajan gradualmente la tensión, todo con vistas a 2023.

Algunas encuestas que circularon en los últimos días sembraron cierto entusiasmo que hace tiempo no se veía en el Frente de Todos de cara a las elecciones del próximo año, según deslizaron a iProfesional fuentes del oficialismo, al mostrar una muy leve mejoría en la intención de voto y en la imagen de sus principales figuras.

Si bien la desaprobación de la gestión de Fernández sigue siendo alta, en el oficialismo piensan que están ganando margen para darle algo más de pelea a Juntos por el Cambio en 2023. Saben que para ello será clave la evolución de la inflación de aquí a mayo. En ese contexto, el acuerdo anunciado por Massa es una apuesta fuerte.

Con la incorporación de las petroleras al programa «Precios Justos», Massa suma a un actor clave a la herramienta con la que trata de cortar lo que en el Ministerio de Economía califican como «inercia» inflacionaria por su incidencia en el costo de transporte que también pesa sobre el precio final de los productos.

El acuerdo sobre los combustibles, que implica un tope a los aumentos de los próximos cuatro meses, sería así la última pata para lograr el objetivo que el propio ministro ya hizo público: llegar a abril con una inflación del 3% mensual. Esto es clave ya no solo para el futuro político del propio Massa, sino de toda la alianza oficialista.

Tope a la nafta: ¿cómo es el acuerdo que cerró Massa?

El Ministerio de Economía y las petroleras YPF, Shell, Axion y Trafigura firmaron un compromiso por el cual los combustibles tendrán un aumento tope del 4% en diciembre; 4% en enero; 4% en febrero y 3,8% en marzo. Estas compañías se sumaron así al programa «Precios Justos» que alcanzó a unos 1.700 productos de consumo masivo y del que participan unas 100 empresas.Massa cerró un acuerdo con las petroleras que puede ser la última apuesta para bajar la inflación hacia abril

Como parte del nuevo acuerdo, el Gobierno se comprometió ante las empresas a garantizarles el acceso a dólares, sobre todo para el abastecimiento de lubricantes, y a reducir temporalmente impuestos en la importación de combustibles a los fines de asegurar abastecimiento para los sectores del agro, especialmente en enero y febrero.

Una de las particularidades de este entendimiento, según destacaron en el Ministerio de Economía, es el «compromiso de los trabajadores de las estaciones de servicio de articular con la Secretaría de Comercio a los efectos de garantizar el control y el cumplimiento del programa de Precios Justos».

Esto muestra la coordinación política que existe detrás del acuerdo a diferencia del resto del programa «Precios Justos», dado que sugiere una participación activa del sindicato de estacioneros de servicio que lidera Carlos Acuña, cotitular de la CGT y dirigente de muy buena relación con Massa.

El objetivo del acuerdo, según indicó el ministro, es «seguir construyendo un camino en el cual todos los sectores contribuyan a bajar significativamente la inflación que es el principal drama de la Argentina». Eso «ayuda al Gobierno a fortalecer el sendero de reducción» que pretende recorrer hasta abril «y ayuda a las empresas a darle certidumbre a toda su cadena de valor», agregó.

El rol de Alberto Fernández y Cristina Kirchner: entre la tregua y el optimismo 

Con este acuerdo Massa apuesta a una desaceleración inflacionaria que pueda empezar a verse en números, de ser posible, antes de fin de año. Como contó iProfesional, en su entorno esperan que ya noviembre cierre con una inflación en el orden del 5%. De cumplirse el pronóstico, crecería el entusiasmo que generaron en el oficialismo las encuestas de las consultoras Aresco Zuban Córdoba.

La primera mostró un «empate técnico» entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio con el 35,5% y el 35,1% de intención de voto, respectivamente. La segunda, una recuperación en la imagen de las principales figuras del oficialismo (particularmente Massa) y un nivel de aprobación de la gestión que sigue bajo (33,2%) pero viene creciendo desde agosto, cuando tocó el piso de 27%.En el oficialismo afirman que bajó sensiblemente la tensión entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández

En este contexto, el acuerdo entre Massa y las petroleras intenta cumplir con el objetivo central de cara a las elecciones de 2023 mientras Alberto Fernández y Cristina Kirchner aportan lo suyo: una tregua a la interna que limó al Gobierno durante buena parte del año, que dota de calma política a las gestiones que encara el ministro.

«La charla que tuvieron el otro día fue buena, cordial, descomprimió bastante el clima con el que veníamos», deslizó a iProfesional una fuente de la Casa Rosada en referencia al llamado que le hizo Cristina Kirchner al Presidente para saber sobre su salud luego de que le detectaran una gastritis erosiva mientras se encontraba en la Cumbre del G20 en Bali, Indonesia.

Una interna más silenciosa

Quienes siguen de cerca la interna del Frente de Todos afirman que la tensión entre el «albertismo» y el kirchnerismo no se terminó, sino que bajó la intensidad. Mencionan como señales de ello que ni el Presidente ni la vicepresidenta volvieron a «tirarse» en sus últimas apariciones públicas y que sus alfiles también moderaron el tono. En ese marco se inscribe el acto que compartieron este lunes Fernández y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, una de las voces que más escucha Cristina Kirchner en materia económica.

Cristina Kirchner no descansa en su intento de ser quien conduzca el armado electoral en 2023 y, en ese marco, la tensión con Fernández es inevitable. La idea es mantenerla controlada. Con Máximo Kirchner al frente del PJ bonaerense, la vicepresidenta empezó a meterse en la provincia estratégica para los comicios nacionales y al hacerlo le quitó varios aliados al Presidente.

El más importante de ellos es Emilio Pérsico, uno de los líderes del Movimiento Evita. Este espacio era un brazo político y territorial central para Alberto Fernández y estaba enfrentado con Cristina Kirchner y La Cámpora al menos desde 2017, pero en los últimos días hubo un acercamiento entre ambos sectores.

Pérsico conversó con Máximo Kirchner días atrás y le pidió que el PJ bonaerense y La Cámpora no no le nieguen a su esposa, Patricia Cubría, la competencia en las primarias (PASO) con Fernando Espinoza por la Intendencia de La Matanza. Según trascendió hubo un acuerdo sobre esto y fue la propia Cristina Kirchner la que lo bendijo.Los tres líderes del Frente de Todos buscan evitar una derrota histórica y hay expectativa por la «mesa política»

Reflejo de ese acuerdo fue la presencia de Pérsico en el acto que encabezó Cristina Kirchner hace dos semanas en La Plata. Allí también estuvieron el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, ex intendente de San Martín, y los ex ministros Jorge Ferraresi Juan Zabaleta, referentes de los partidos de Avellanda y Hurlingham. Los tres eran considerados parte del «albertismo».

Massa con los precios, Cristina y Alberto con la política

Los Kirchner empezaron así a tender puentes con dirigentes que, en los momentos más calientes de la interna oficialista, se mostraban alineados con Fernández. El foco del kirchnerismo está en la Provincia de Buenos Aires, pero con la vicepresidenta en un lugar cada vez más central y juntando dirigentes a su alrededor, se preparan para tener una influencia determinante en el armado electoral de todo el país.

En tanto, el Presidente le bajó el tono a la posibilidad de ir por la reelección. «Se sabe que es difícil, pero tampoco como para bajarse un año antes«, reconocen en el sector del oficialismo más próximo al mandatario. Por esa razón algunos dirigentes como el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, la principal espada mediática que tiene hoy el «albertisimo», intentan mantener viva esa expectativa.

La apuesta es llegar a pulsear con el kirchnerismo por los lugares en las listas de candidatos y no descartar la presentación de algún otro dirigente que le dé competitividad a una posible PASO del Frente de Todos. El nombre de Daniel Scioli suena, como siempre.

No obstante, para eso en el oficialismo deberán resolverse previamente otras dos cuestiones. La primera es si se conformará o no la «mesa política» que tanto Máximo Kirchner como Massa le piden a Alberto Fernández para ordenar la interna de cara a 2023. La vicepresidenta ya empezó a avanzar en ese sentido y todos aguardan una decisión del Presidente.

La segunda es qué quiere hacer Cristina Kirchner en 2023 frente al «operativo clamor» sobre su propia candidatura presidencial, dado que según casi todas las encuestas ella le ganaría hoy una interna a cualquiera dentro del oficialismo. Y, como complemento, qué quiere hacer Massa, dado que nadie imagina a los dos compitiendo por el mismo sillón.

Ninguno, ni Cristina ni Massa, resolvería esto antes de marzo o abril, cuando además de acercarse la fecha de presentación formal de las candidaturas se verá el resultado del intento por solucionar el principal problema económico y político del Gobierno.

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