Trump aterriza en el litio jujeño: la guerra geopolítica que deja al descubierto el escándalo chino en Perico

En Perico ya no se discute si la planta química china es “oportunidad” o “progreso”. Se discute algo mucho más grave: si en Jujuy la Constitución todavía rige, o si fue suspendida de hecho para que una multinacional haga y deshaga a su antojo.

Desde hace años, PericoNoticias viene advirtiendo que la instalación de la planta de Tsingshan Mining en el Parque Industrial viola la letra y el espíritu de la nueva Constitución de Jujuy, que consagra la tutela reforzada del ambiente y el dominio provincial sobre los bienes naturales. No hubo estudio de impacto ambiental serio, no hubo instancia de participación real de la comunidad, no hubo información pública clara sobre el uso de químicos altamente peligrosos ni sobre el consumo de agua en una zona históricamente agrícola. Lo dijimos cuando casi nadie quería escucharlo: esta planta es incompatible con una Perico agrícola viva.

La reforma constitucional de 2023 se vendió como un salto cualitativo en materia ambiental, pero numerosos estudios académicos la señalan como un caso de “constitucionalización del extractivismo”: se reconocen derechos en el papel mientras se vacían en la práctica para habilitar la expansión minera. Eso es exactamente lo que se ve hoy en Perico: una norma que proclama proteger el ambiente y los recursos hídricos, y un poder político que habilita una planta química contaminante sin las salvaguardas mínimas.

Aquí aparece la primera responsabilidad política que este diario no va a esquivar:

• la ex ministra de Ambiente María Zigarán, hoy diputada nacional, permitió la instalación de la planta sin un plan ambiental robusto ni licencias claras, incumpliendo –al menos– su deber de cuidado institucional;
• el Concejo Deliberante de Perico miró para otro lado aun sabiendo que el Parque Industrial está bajo jurisdicción municipal;
• intendentes y concejales, de ayer y de hoy, eligieron el atajo del silencio antes que la defensa de la Constitución que juraron respetar.

No se trata solo de un error técnico: es una crisis de legalidad y de ética pública.

A esta trama local se le suma ahora un condimento explosivo: la geopolítica. La reciente inspección de Migraciones y fuerzas federales constatando la presencia de trabajadores chinos sin visa de trabajo ni documentación dentro del Parque Industrial no es un hecho aislado, es el síntoma de un modelo. Un esquema de mano de obra importada, presunto hacinamiento y maltrato, que deberá ser investigado por la justicia, pero que ya deja una certeza: la empresa no está en regla ni con la ley migratoria ni con los estándares laborales básicos.

El mensaje de Washington al gobierno argentino es claro: si Milei quiere swaps, apoyo financiero y aire político, el costo es desplazar progresivamente el peso chino en sectores estratégicos. El Tesoro de Estado unidos, representado por Scott Bessent ya lo dijo con todas las letras: la Argentina debe alinearse con la órbita occidental. En ese marco, cualquier irregularidad de capitales chinos se convertirá en una palanca de presión. Y en Jujuy, la primera ficha en caer es Tsingshan Mining.

Lo que antes se resolvía con un “permiso exprés” y una foto con funcionarios, ahora entra en zona de turbulencia:

• los controles ambientales que nunca se hicieron empiezan a llegar de la mano de la política nacional y la disputa Estados Unidos–China;
• el contrato político y social que la provincia firmó de hecho con el capital chino se vuelve inestable;
• toda la arquitectura jurídica que habilitó el proyecto queda expuesta a cuestionamientos administrativos y judiciales.

PericoNoticias ya demostró, con documentos y análisis, que el negocio del litio y sus insumos se construyó sobre una ecuación obscena: litio para el mundo, valijas para unos pocos y contaminación para los jujeños. En Jujuy, las regalías mineras rondan el 0,3%, mientras gigantes como Río Tinto y otras corporaciones del triángulo del litio acumulan ganancias millonarias. La provincia se lleva migajas (excepto JEMNSE), pero asume todos los riesgos: pérdida de agua, afectación agrícola, fragmentación social y ahora, además, escándalos laborales y migratorios.

La planta química de Perico es el eslabón más frágil de una cadena extractivista diseñada lejos de los campos y de las acequias jujeñas. Emprendimientos Chinos llegan con antecedentes preocupantes en Chile, donde comunidades han denunciado secado de pueblos enteros por el uso intensivo de agua en áreas de explotación minera. Ese es el modelo que se pretende replicar en una provincia que vive –o vivía– de la agricultura, las hortalizas, el tabaco, la fruta y la economía regional.

Frente a este escenario, la pregunta que debe hacerse el pueblo de Jujuy es brutal pero necesaria:
¿de qué lado están nuestros gobernantes?
¿Del lado de la Constitución ambiental que ellos mismos reformaron, o del lado de los balances de una multinacional que importa obreros, contamina el suelo y se lleva la riqueza en barcos?

PericoNoticias elige su lado desde el primer día: del lado del agua, de la tierra, de los trabajadores locales y del derecho de las futuras generaciones a seguir viviendo de un valle productivo y no de un cementerio químico. Fuimos pioneros en denunciar la inviabilidad ambiental del proyecto, cuando la mayoría prefería callar o aplaudir. Hoy los hechos nos dan la razón: el escándalo migratorio no es un accidente, es la consecuencia lógica de un modelo que desde su origen desprecia la ley y la dignidad humana.

Lo que viene será decisivo. Si la provincia insiste en sostener a cualquier costo esta planta, quedará atrapada entre dos fuegos: la exigencia de Washington de disciplinar al capital chino y la creciente resistencia social de agricultores, trabajadores y vecinos que ya entendieron que no hay “progreso” posible sobre un territorio envenenado. Si, en cambio, decide revisar, condicionar o incluso rescindir el proyecto, deberá explicar cómo se llegó a este punto y quiénes fueron los responsables políticos de cada firma, de cada omisión, de cada silencio.

PericoNoticias no va a correrse de su rol: investigar, nombrar y exigir.
Porque el verdadero “riesgo país” no está en los informes de Wall Street, sino en la suma de estas pequeñas capitulaciones locales donde se entrega agua, suelo y trabajo a cambio de contratos opacos y promesas de desarrollo que nunca llegan.

Perico no necesita una planta química que la condene a ser patio trasero de un imperio en retirada ni moneda de cambio en la guerra fría del litio. Perico necesita un Estado que haga cumplir su propia Constitución, un Concejo Deliberante a la altura de la crisis ambiental y un gobierno provincial que deje de actuar como gerente de las mineras y vuelva a ser garante del interés público.

Lo dijimos cuando esto empezaba y lo repetimos hoy, con más fuerza que nunca:
no hay dólar, swap ni geopolítica que justifique sacrificar la vida de un pueblo.