“Trump le puso el último clavo al cajón libertario: Milei ya es historia”

“Trump le puso el último clavo al cajón libertario: Milei ya es historia”

La declaración del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, cayó como un baldazo de agua helada sobre la Casa Rosada: “Estamos dando una swap line, no estamos poniendo dinero en Argentina”. En ese giro semántico se esconde el final de la épica libertaria. Lo que se anunciaba como un respaldo histórico terminó siendo un salvavidas de papel.

1. Un golpe en la línea de flotación

La swap line no significa ingreso de dólares frescos, sino un mecanismo técnico de intercambio temporal. Milei prometió financiamiento real y estabilidad inmediata, pero lo único que consiguió fue un crédito de ventanilla sin peso estratégico. La ilusión de “rescate norteamericano” se desplomó en segundos.

2. El humo financiero como bandera

El gobierno vendió durante meses que el apoyo de Trump y su círculo garantizaría recursos para sostener el ajuste. La realidad mostró otra cara: no hay inversión directa, ni préstamos, ni blindaje. Apenas una figura contable que no resuelve la inflación, la pobreza ni la deuda. Argentina sigue en la cornisa.

3. El portazo del socio ideológico

Milei se presentó como el discípulo más fiel del trumpismo, pero Trump le bajó la persiana antes que los mercados. Con este gesto, dejó claro que la relación es política, no económica. Estados Unidos no arriesgará un centavo en un experimento que ya muestra signos de fracaso.

4. No fue Kicillof, fue Trump

Durante semanas se habló de un duelo entre Axel Kicillof y Javier Milei como la gran batalla nacional. Pero el golpe más duro no vino de la oposición ni vendrá de las urnas: fue Trump, con un movimiento seco y definitivo, quien puso el límite. El maestro abandonó al alumno.

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5. Una soga corta, no una salida

La swap line es un recurso limitado, condicionado y temporal. Dura lo que dure la paciencia de Washington. No resuelve la necesidad estructural de divisas de Argentina ni calma a los acreedores. Es, en el mejor de los casos, una soga corta; en el peor, una ilusión que prolonga la agonía.

6. Credibilidad en ruinas

La narrativa de “el mundo nos apoya” era el pilar discursivo de Milei. Hoy se derrumba: nadie cree en un país que no recibe inversión ni respaldo financiero real. La credibilidad internacional está hecha trizas y el gobierno libertario se queda sin relato hacia adentro ni hacia afuera.

7. El último clavo al cajón libertario

El entierro del experimento libertario no lo hizo la oposición ni los electores: lo hizo Trump. Fue él quien, al negarse a inyectar dólares, selló el final de la fábula del ajuste con respaldo internacional. El libertarismo argentino murió por inanición financiera.

8. Devastación política

El impacto en la política local será feroz. La oposición tendrá un argumento incontestable: si ni Estados Unidos cree en Milei, ¿por qué debería hacerlo el pueblo argentino? El mito de que “el mundo confía en nosotros” se convierte en evidencia de aislamiento.

9. El experimento fallido

Milei buscaba gloria internacional, pero su gestión ya es vista como un experimento fallido. No lo dicen Kicillof ni los gobernadores: lo dictaminan los aliados a quienes juraba obediencia. El ajuste inhumano pierde hasta a sus financistas. Trump apagó la luz y con ello, Milei quedó solo en la oscuridad.

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