¿Un desarrollo sostenible para los campesinos de Santa Cruz?

 ¿Un desarrollo sostenible para los campesinos de Santa Cruz?

Todavía arde la Amazonía boliviana, sobre todo en la Chiquitania. Pero no solo urge apagar los incendios. Al largo plazo se requiere una solución sostenible para la agricultura en esa región en el este del país andino.

A principios de septiembre, los campesinos de la región de Santa Cruz se manifestaron en contra de la “Pausa Ambiental” en ese departamento. Esa «Ley Departamental de Declaratoria de Pausa Ambiental», que promulgó la Gobernación de Santa Cruz opositora a Evo Morales, tiene el objetivo de salvar la selva amenazada pore nuevos incendios en la región. Prohíbe, por ejemplo, asentamientos en las áreas afectadas por los incendios, las quemas y desmontes, y el cambio de uso de suelo, tanto como la caza y la comercialización de productos generados por los incendios. De este modo se pretende proteger el patrimonio natural. Los manifestantes, convocados por la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos, Indígenas y Originarios, vieron amenazado el trabajo de cientos de familias que no pueden continuar con sus actividades de producción agrícola. Las estructuras que subyacen al problema son complicadas.

Responsabilidades compartidas

Por un lado, según Jannes Stoppel, experto en la protección de la selva y el desarrollo internacional de la ONG Greenpeace, una razón de las manifestaciones es la monopolización de las tierras por parte de los gigantes de la agricultura en el Amazonas. En las protestas se exigió, entre otras cosas, la investigación penal de los grandes empresarios en cuyos terrenos surgieron, según los campesinos, los primeros incendios.

Bomberos en la Chiquitania.Bomberos en la Chiquitania.

El experto explicó a DW que “las grandes empresas usan las quemas activamente como medidas para aumentar sus terrenos, y, al mismo tiempo, disminuir las zonas forestales”. Para los campesinos, en cambio, solo quedan terrenos muy pequeños para cultivarlos y ganarse el sustento. Stoppel opina que eso puede ser más criticable que las quemas que realizan las pequeñas comunidades indígenas, que necesitan espacio para sus cultivos.

Por otro lado, esos incendios descoordinados tienen, tal como las quemas efectuadas por las grandes empresas, un impacto enorme en la selva, dijo a DW el representante de la Fundación Konrad Adenauer en Bolivia, Georg Dufner. La situación legal y las estructuras de propiedades son complejas; por eso, las posibilidades de que la situación cambie son limitadas, añadió el experto. “Los derechos de posesión son un problema en Bolivia, porque son indefinibles”, confirmó por su parte Jannes Stoppel.
En julio 2019, el presidente boliviano firmó el Decreto 3973, quel autoriza la quema de tierras de forma masiva en dos municipios del departamento de Santa Cruz. La medida pretende impulsar el crecimiento económico del país, especialmente en la agricultura.

El presidente boliviano, Evo Morales. El presidente boliviano, Evo Morales.

¿Camino hacia la sostenibilidad?

Según Jannes Stoppel, sería importante que la deforestación de la selva no fuera necesaria para obtener una fuente de ingresos, sino que hubiera alternativas, por ejemplo, ofertas culturales para turistas. Para él, ese “tercer camino”, la combinación del desarrollo económico y la sostenibilidad, sería una solución para el futuro del Amazonas a largo plazo.

Según Georg Dufner, faltan todavía instituciones y los conocimientos necesarios para realizar eso en Bolivia. ”Otros países latinoamericanos ya están más avanzados en cuanto a la agricultura sostenible, por ejemplo, en la rotación de cultivos”, dijo.

El experto de Greenpeace, por otra parte, considera que también recae responsabilidad en la política de Europa, Estados Unidos y China. “Con la cantidad de carne que producimos y consumimos, incentivamos la avidez por terrenos en la selva”, dijo. Ese consumo a gran escala de los países industrializados no se ajusta a los recursos naturales del mundo.

No solo es un problema de Bolivia; también afecta a Perú, Brasil y otros países amazónicos. “La cooperación es necesaria para poder disfrutar sosteniblemente de los recursos del Amazonas, sin seguir con el concepto anticuado de la explotación. Pero para lograr eso, también se necesita la voluntad del gobierno», añadió Stoppel.

 

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