“Unidos, venceremos”: el peronismo jujeño se plantó en Palpalá y cambió el tablero

“Unidos, venceremos”: el peronismo jujeño se plantó en Palpalá y cambió el tablero

El 17 de Octubre volvió a latir en Jujuy con una fuerza que hacía más de una década no se veía. Sin lugar a especulaciones: fue multitudinario, fue transversal y fue decisivo. En el estadio cubierto de Palpalá, el Día de la Lealtad dejó de ser efeméride para convertirse en punto de inflexión. El pivot de esa energía fue Pedro Pascuttini, quien logró lo que parecía imposible: pasar de las fotos fragmentadas a la foto de la unidad, de la que participan —con nombre y apellido— los históricos y los nuevos, los barrios y los sindicatos, las juventudes y los movimientos territoriales.

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Un día despues, la señal política más potente llegó con el respaldo explícito de Julio Moisés. No es un gesto menor ni una adhesión de último minuto: es el aval de un dirigente que sintetiza identidad del interior, experiencia de gestión y protagonismo provincial y nacional. Su espacio es amplio, respetado y militante; y su decisión de apoyar al Frente Primero Jujuy Avanza ordena, oxigena y multiplica. En castellano llano: si la unidad es el camino, la decisión de Moisés aceleró el paso.

Pascuttini capitalizó esa madurez con un discurso que evitó la nostalgia fácil y habló el idioma que hoy duele en cada casa: trabajo, ingresos, deuda familiar, producción y soberanía. “No nos resignamos a un país sin felicidad ni a una provincia con el pie en el cuello”, dijo, interpelando a un público que no aplaude consignas, sino soluciones. Propuso alivio inmediato para familias endeudadas, impulso a cadenas productivas regionales, reglas estables para invertir y un puente real entre jóvenes y tecnología aplicada a la agroindustria, la minería con valor y los servicios del siglo XXI.

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Militantes de San Pedro se suman desde el moiseismo al Frente Primero Jujuy Avanza

La escena jujeña no está aislada de la polarización nacional —Argentina o Milei—, pero en Palpalá pasó otra cosa: el peronismo dejó de discutirse a sí mismo para discutir el futuro de Jujuy. Los líderes que ayer marcaban diferencias hoy depusieron posturas radicalizadas y priorizaron lo esencial: organizarse para frenar el ajuste inhumano que vació bolsillos, desarmó derechos y desalojó la esperanza. La foto no borra debates internos; los ordena detrás de un objetivo común: que la recuperación empiece por abajo, con empleo, salarios dignos y obra pública útil, y no por arriba, con timba financiera y balances fríos.

El oficialismo provincial, que intentó diferenciarse del rumbo nacional mientras acompañó cada tijeretazo, quedó expuesto: el “cambio de matriz productiva” prometido no llegó a las mesas; el superávit que se exhibe en PowerPoint no se tradujo en alivio popular. Frente a ese ocaso, el peronismo jujeño ya ganó algo crucial antes del 26: ganó vigencia. Mostró actualidad, humildad y coraje para corregir errores y volver a abrazar su mandato histórico: organizar al que trabaja, al que busca trabajo y al que produce.

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Fue instantáneo y puro peronismo: Julio Moisés se sumó y, sin protocolo ni siesta, salió codo a codo con Pedro Pascuttini a caminar la vida real. Ferias, pasillos, mostradores y veredas; manos apretadas, abrazos. Uno señalando rumbos, el otro abriendo puertas; ambos escuchando, convocando, entusiasmando. Donde había resignación empezó a encenderse el “sí, se puede” criollo: “volvemos a trabajar, volvemos a producir, volvemos a creer”

No se trata solo de épica: se trata de método. Pascuttini propone lo que sabe hacer —gestionar complejidades, alinear actores, remover trabas— y lo pone al servicio del conjunto. La consigna “unirse” dejó de ser cita de manual para ser praxis concreta: cada adhesión suma músculo territorial, cada consenso baja el volumen al sectarismo, cada gesto de grandeza derriba un muro.

Palpalá fue eso: un punto de reunión, no de reparto; un llamado a militar la vida cotidiana, no a militar contra nadie. “La felicidad del pueblo —repitió Pascuttini— no es un slogan: es salario que rinde, es producción que despega, es juventud con futuro y padres sin miedo a fin de mes”. Con esa brújula, el 26 de octubre deja de ser un trámite electoral para convertirse en la llave que abre otra etapa.

  ¿A qué se refirió Pascuttini cuando dijo “me niego a las reformas de segunda generación”?

Porque el peronismo, cuando se organiza, vence dificultades. Y anoche, en Palpalá, Juan Domingo Perón volvió a decirlo sin micrófono: “Únanse”. Jujuy escuchó. Y empezó a caminar.

¿Desde que asumió Javier Milei, ¿tu situación económica personal?

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