“La dictadura del ‘liberalismo’: Milei convierte la protesta en delito y a la Argentina en un estado sitiado”

“La dictadura del ‘liberalismo’: Milei convierte la protesta en delito y a la Argentina en un estado sitiado”


Una democracia en emergencia: retenes, proscripciones y el retorno del miedo

Hoy, en pleno siglo XXI, Argentina amaneció bajo el signo del estado de excepción no declarado. Un país atravesado por un operativo policial descomunal, con retenes extendidos desde las rutas bonaerenses hasta cada ingreso a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Patrulleros, helicópteros, requisas masivas, intimidación preventiva. Todo esto, no para frenar un delito, sino para impedir una marcha. Para frenar al peronismo. Para criminalizar la memoria.

La movilización a Plaza de Mayo —emblema de la historia política argentina— fue demonizada por un gobierno que se autoproclama liberal libertario pero actúa como un régimen de excepción. Hoy, con Cristina Fernández de Kirchner presa en un hecho de repercusión internacional, y con miles de ciudadanos impedidos de ejercer sus derechos, Argentina ha cruzado una línea peligrosa: la del club global de democracias en estado de fragilidad.


La represión como política y el silencio como estrategia

El Decreto de Patricia Bullrich, que busca instaurar un protocolo de mano dura permanente, no solo incomoda: huele a dictadura, y despierta alarmas incluso entre sectores moderados. El gobierno ha optado por la radicalización, por una narrativa de “enemigos internos” donde toda expresión crítica se convierte en subversión. Esta no es una exageración retórica. Es una descripción precisa del clima que hoy vive el país.

Y mientras se reprime la protesta, no se reprime la inflación, la pobreza ni el hambre. La tan prometida libertad financiera es apenas un susurro mientras la libertad de circular, expresarse y participar se transforma en grito acallado. En este nuevo orden autoritario, el miedo es política de Estado, y el Estado, brazo represivo del capital concentrado.


¿Un nuevo punto de inflexión para el peronismo?

Paradójicamente, este endurecimiento puede encender lo que el propio Milei buscaba extinguir: la resiliencia popular. La proscripción de CFK y el hostigamiento a sus simpatizantes no solo afectan a su núcleo duro, sino que generan un efecto expansivo. Porque en Argentina, incluso quienes no comulgan con el peronismo entienden que manifestarse es un derecho consagrado por la historia. El que fue a la Plaza por Evita, por los desaparecidos, por el 2001, por Santiago Maldonado, no olvida.

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El peronismo, acorralado por su propia dispersión y errores, hoy encuentra en la represión un punto de reunificación latente. La figura de Cristina presa, por más que aún divida, comenzará a ser reconfigurada como símbolo de persecución. Y los que hoy callan, por cálculo o por miedo, podrían mañana levantar la voz en defensa de sus propios derechos cercenados.


De la libertad financiera a la mordaza estatal

El gobierno de Milei prometió una libertad nueva, basada en el individuo autónomo y el mercado sin interferencias. Pero esa promesa se diluye cada día que pasa sin mejora económica y con más ciudadanos controlados, censurados o apaleados. La libertad, entendida solo como desregulación financiera, es una burla ante los retenes que impiden marchar. Ante la prisión sin condena firme. Ante el protocolo que convierte a la policía en juez de la conciencia.

El pueblo argentino, con todos sus matices, no tolera que le toquen sus plazas, sus calles y su derecho a decir basta. El control de hoy es el voto de mañana. El bozal de ahora es la rebelión que se cocina en silencio.


Una advertencia que puede convertirse en sentencia

Si el gobierno no retrocede, si no cesa la persecución, si continúa el camino de la proscripción simbólica del peronismo y la criminalización del disenso, la historia no lo absolverá. Y más aún: puede que lo entierre políticamente.

Porque, como ya supimos aprender, los pueblos no se arrodillan eternamente, y las libertades que se intentan robar con miedo se reconquistan con memoria, organización y coraje.

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