“La campaña inmóvil”: por qué a Milei se le hace cuesta arriba recorrer la Argentina

“La campaña inmóvil”: por qué a Milei se le hace cuesta arriba recorrer la Argentina

Prometió en Washington volver al territorio para revalidar liderazgo y cerrar un salvataje financiero. Pero el terreno argentino está áspero. En Santa Fe, un acto de calle debió cancelarse ante protestas y el oficialismo volvió a exhibir su talón de Aquiles: baja capilaridad territorial, poco ground game y dependencia de climas controlados. A tres semanas de las legislativas del 26 de octubre, el mensaje que emite la campaña es paradójico: necesidad de épica de cercanía… con logística de bunker.

La promesa de Washington y el costo de no pisar el barro

El Gobierno apostó a una narrativa de respaldo externo: la “promesa” de un rescate de EE. UU. y gestiones aceleradas en Washington para oxigenar reservas y anclar expectativas. Caputo viajó para apurar ese paquete y el oficialismo intentó transformarlo en motor electoral. Pero la macro continúa tensa y el mercado lo marca a precio. En ese contexto, no poder sostener actos abiertos erosiona la foto que el Gobierno quería exportar: un presidente con calle y con plan.

Santa Fe: síntoma de un problema mayor

La suspensión de la caminata en la capital santafesina no es un episodio aislado: es la expresión visible de un déficit de “licencia social” en varias plazas, y de una arquitectura de campaña que funciona en auditorios, no en veredas. Donde hay protesta espontánea, contramovilización sindical o universitaria, el dispositivo se vuelve frágil. El oficialismo queda rehén de traslados fugaces, vallados extensos y formatos acotados. Construir épica sin roce social es como vender un plan de estabilización sin ancla política: no cierra.

Política y economía: vasos comunicantes

La estrategia oficial confió en que el relato del rescate haría el resto. Pero la economía no paga adelantos de campaña: el dólar paralelo, los bonos y el riesgo país cuentan otra película. Si no hay calle, no hay clout; si no hay clout, Washington mira el tablero y pide más gobernabilidad. La interdependencia entre apoyo externo y músculo interno se volvió total: sin fotos masivas y sin narrativa territorial, el “rescate” luce condicionado; y sin señales financieras claras, las caminatas se convierten en pantanos.

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A tres semanas del 26-O: qué está en juego

  • Legitimidad operativa: las legislativas son un referéndum sobre capacidad de gestión. Llegar “encapsulado” al comicio deja la iniciativa a la oposición en el territorio.
  • Coalición de gobierno: cuando se delega épica en el exterior, la militancia doméstica se enfría. La foto de Santa Fe acelera la fuga de moderados y eleva el costo de sostener el orden público sin perder imagen.
  • Negociación financiera: EE. UU. toma nota de la resiliencia política real, no de los talking points. Una gira fallida puede encarecer el paquete o subordinarlo a más condicionalidades.

El aprendizaje que la Casa Rosada necesita

  1. Volver al mapa real: priorizar recorridas con interlocución genuina (PyMEs, universidades, barrios populares) por encima del set piece.
  2. Bajar el tono y subir los puentes: en plazas hostiles, códigos de convivencia y voceros territoriales; menos staging, más escucha productiva.
  3. Alinear la macro con la calle: explicar con narrativa simple qué compra el “rescate”, a cambio de qué y en qué plazos; sin épica financiera vacía.
  4. Co-gobernar la agenda: abrir el juego a gobernadores e intendentes (oficialistas o no) para compartir costos y multiplicar legitimidad.

El límite entre el marketing y la política

La campaña puede editar imágenes, pero no editar la realidad. Si la calle se cierra, la legitimidad se licua. Si el presidente no logra caminar sus propias ciudades sin blindaje, el mensaje al votante y a los mercados es inequívoco: falta volumen político. Washington no puede alquilarte la calle. Eso se construye aquí, kilómetro a kilómetro, mano a mano, escuchando más que hablando. Y cuanto antes lo asuma el oficialismo, menos costoso será el día después del 26 de octubre.

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