El profesor Jorge Lindón, visionario y autor de la obra DIEZMADOS (2022), es un referente en el campo de la promoción de la actividad física como eje central de un nuevo contrato social. En su libro, Lindón advertía que nuestra generación podría ser la primera en vivir menos que la anterior, no por falta de avances tecnológicos, sino por los hábitos de vida sedentarios y los factores de riesgo modificables que la humanidad ha ignorado.
Ahora, en un mundo donde el envejecimiento poblacional redefine las dinámicas sociales, Lindón lanza un mensaje esperanzador: “La vida no termina a los 50, comienza con más fuerza, propósito y movimiento”. Para él, la clave está en combatir la inercia y transformar el movimiento en una herramienta para la salud pública y la calidad de vida.
Un contrato social centrado en el movimiento
Según Lindón, el envejecimiento poblacional no debe percibirse como una carga, sino como una oportunidad para rediseñar nuestras prioridades colectivas. Propone un nuevo contrato social basado en la actividad física recreativa como pilar fundamental. Este enfoque no solo busca prevenir enfermedades crónicas, sino también fortalecer la salud mental, emocional y social de las personas mayores.
“El movimiento es la enmienda al desarrollo tecnológico,” sostiene. Mientras la tecnología avanza para facilitarnos la vida, debemos asegurarnos de que no nos aleje del contacto humano, de la actividad diaria y de los beneficios del ejercicio.
La economía de la longevidad: una oportunidad transformadora
Lindón resalta que el envejecimiento no es solo un desafío demográfico, sino una oportunidad para transformar la economía y la sociedad. La llamada “economía plateada” incluye actividades que potencian la vida activa después de los 50: desde la educación continua hasta el turismo adaptado y las iniciativas de mentoría laboral.
“Las personas mayores son un recurso invaluable,” afirma. “Con su experiencia, pueden guiar a las nuevas generaciones, ser referentes culturales y liderar un cambio intergeneracional.”
La salud pública comienza con hábitos diarios
Lindón insiste en que no hay un “fórmula mágica” para la longevidad, pero hay pasos fundamentales que cada persona puede tomar para vivir plenamente en la segunda mitad de su vida:
- Movimiento diario: “El cuerpo está diseñado para moverse, no para quedarse quieto,” recalca. Desde caminatas al aire libre hasta actividades recreativas grupales, el movimiento debe integrarse como un hábito cotidiano.
- Alimentación consciente: Comer con equilibrio y atención a las necesidades específicas de esta etapa es esencial.
- Fortalecimiento de la comunidad: “No estamos solos en este camino. La longevidad no se vive en aislamiento, se construye en comunidad.”
Un mensaje esperanzador: reinventarse es posible
Lindón celebra que la sociedad sea cada vez más longeva, pero enfatiza que no basta con vivir más años: “La clave está en cómo vivimos esos años.” A partir de los 50, las personas tienen la posibilidad de reinventarse, explorar nuevas pasiones y descubrir lo que realmente les da propósito.
Para Lindón, el envejecimiento activo no solo es posible, sino necesario. Desde su perspectiva, es un momento para cambiar la narrativa, dejar atrás la idea de que el envejecimiento es un declive y abrazarlo como una etapa de crecimiento y plenitud.
“El tiempo que nos queda es un regalo. No lo desperdiciemos esperando. La vida comienza a los 50 porque entendemos que cada día cuenta, y tenemos las herramientas para hacer que cuenten aún más.”
El llamado a la acción
El mensaje del profesor Lindón no es solo para los individuos, sino también para los responsables de políticas públicas. Insiste en que es necesario:
- Invertir en infraestructuras que fomenten el movimiento y el envejecimiento activo.
- Diseñar ciudades amigables para las personas mayores.
- Promover programas que integren actividad física en las comunidades como una herramienta de salud pública.
Lindón concluye con una frase poderosa: “El movimiento no solo nos hace más fuertes, sino que nos conecta con lo mejor de la vida: estar presentes, ser útiles y disfrutar de lo que nos rodea.”
La vida no termina a los 50, empieza con propósito. Jorge Lindón nos invita a movernos, a luchar contra la inercia y a construir una longevidad llena de sentido.