Redacción Perico Noticias // La crisis económica argentina no se detiene, pero el verdadero drama lo viven los trabajadores y las pymes, quienes están siendo usados como el colchón de la inflación, según denuncia Leo Bilanski, presidente de la Asociación de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC). En una entrevista explosiva, el dirigente desenmascaró la realidad del ajuste brutal, señalando que los salarios paupérrimos y el deterioro del mercado interno son el verdadero ancla de la economía argentina, mientras el FMI presiona por más recortes y el gobierno carece de un plan de reactivación.
“La inflación está contenida a costa del empobrecimiento de los trabajadores y la destrucción de las pymes. El FMI dicta las condiciones, pero es el pueblo el que paga el ajuste”, dispara Bilanski. Según sus proyecciones, la inflación podría superar el 60% anual, muy por encima del 45% que estima el gobierno. Pero lo más grave, advierte, es que la política económica actual está ahogando el consumo, profundizando la recesión y condenando a millones a la miseria.
Una economía atada con alambres y sin plan de reactivación
Según Bilanski, la intervención del FMI no está resolviendo los problemas estructurales, sino agravándolos. “Los empresarios nacionales no ven en el Fondo Monetario una solución, sino un factor de bloqueo para el crecimiento. No nos ayuda, nos ata de manos y nos condena a un modelo de miseria planificada”, sentencia.
Las pequeñas y medianas empresas están en crisis, sin incentivos para invertir y con un mercado interno devastado. La inestabilidad del tipo de cambio y la falta de políticas para fomentar la producción nacional están dejando a miles de empresarios sin alternativa, en un contexto donde los costos se disparan y la demanda se desploma.
«Estamos viendo cierres de empresas, despidos masivos y una parálisis total de la industria, mientras el gobierno sigue apostando por una política económica de ajuste sin salida. Si seguimos por este camino, el colapso es inevitable«, advierte Bilanski.
El salario como ancla: ¿control o condena?
Para Bilanski, el gobierno no está sosteniendo la economía, está sosteniendo el ajuste sobre la espalda de los trabajadores. «En Argentina, el salario promedio de una pyme no supera los 800 dólares, mientras que en España e Inglaterra superan los 1.500 y 2.000 dólares respectivamente. Estamos en un nivel de empobrecimiento sin precedentes«, denuncia.
El problema, según Bilanski, es que el salario real en Argentina está por debajo de la canasta básica, lo que hace que millones de trabajadores no lleguen a fin de mes. «Si los sueldos no aumentan, el mercado interno sigue desplomándose y la crisis se profundiza. Pero lo más preocupante es que esta es una decisión política: el ajuste está diseñado para que el costo de la inflación lo paguen los trabajadores y no los grandes grupos económicos«, afirma.
Las pymes en la cuerda floja: el ajuste destruye al sector productivo
El empresariado pyme enfrenta una tormenta perfecta: costos de producción en alza, caída del consumo y una reforma laboral a la medida de los grandes capitales, pero no de la economía real. Según Bilanski, las pequeñas y medianas empresas no pueden sostenerse sin un mercado interno fuerte, y el gobierno no está haciendo nada para revertir la caída.
«Nos prometieron estabilidad, pero nos dieron un shock de recesión sin precedentes. El tipo de cambio restringe la producción, los costos suben y la falta de demanda nos deja sin margen para seguir adelante. No hay crédito, no hay incentivos, solo ajuste y más ajuste«, detalla.
Inflación descontrolada y un FMI que sigue dictando el rumbo
La proyección de inflación para este año es catastrófica. Mientras el gobierno apuesta a un 45% anual, los empresarios advierten que el número real estará más cerca del 60%, lo que destruirá aún más los salarios y profundizará la crisis social.
«Si la inflación mensual sigue en el 2%, estamos condenados a un escenario de estancamiento y empobrecimiento continuo. Cada punto de inflación se traduce en más pobreza, más hambre y menos futuro para el país«, remarca Bilanski.
Lo peor, asegura, es que el gobierno no está frenando la inflación con medidas estructurales, sino con una recesión brutal. «Estamos en un momento donde la economía no crece, la producción se detiene y la única herramienta que usan es la precarización del trabajo y la caída de los salarios«, denuncia.
¿Una reforma laboral para el ajuste y no para la producción?
Bilanski también cuestiona duramente la reforma laboral impulsada por el gobierno, advirtiendo que no está pensada para reactivar la economía, sino para flexibilizar el trabajo en el peor momento posible.
“En un país donde la informalidad laboral afecta a 6 millones de personas, hablar de reforma laboral sin crecimiento económico es un suicidio productivo. No se puede flexibilizar en una economía en recesión, porque lo único que se logra es más desempleo y más pobreza«, asegura.
El empresariado, lejos de celebrar la medida, ve con preocupación la falta de incentivos para la producción. «Nos dicen que flexibilizando las leyes laborales se generará más empleo, pero ¿cómo va a haber más empleo si las empresas están cerrando y la gente no tiene dinero para consumir?«, se pregunta.
Empresarios y trabajadores: la alianza que el gobierno ignora
Para Bilanski, la única salida a esta crisis es un acuerdo real entre empresarios nacionales y trabajadores. «El gobierno está equivocado si cree que la economía se soluciona ahogando el consumo y ajustando los salarios. Si las pymes y los trabajadores no tienen poder de compra, el país se paraliza«, sostiene.
Bilanski llama a un pacto entre el sector productivo y los sindicatos, dejando de lado la especulación financiera y poniendo el foco en un modelo que reactive el mercado interno y priorice el desarrollo industrial.
«Si esperamos que la política nos salve, estamos condenados. La única forma de salir de esta crisis es con una alianza real entre empresarios nacionales y trabajadores, defendiendo el empleo y la producción argentina«, concluye.