Perico y los muros invisibles: El fenómeno Hikikomori entre nosotros

Perico y los muros invisibles: El fenómeno Hikikomori entre nosotros


Cuando las puertas no se cierran con llave, pero tampoco se abren al mundo

“Hace siete meses que no sale de su habitación. Se despierta a las 3 de la tarde, juega online hasta la madrugada, come lo justo y rechaza cualquier contacto físico o emocional. Vive en Perico, no en Tokio.”

No es una ficción distópica. Es una realidad que empieza a emerger con fuerza y que inquieta a padres, docentes, psicólogos y hasta referentes políticos: el fenómeno “Hikikomori” ya está en nuestra ciudad. Si bien nació en Japón en los años 90, hoy encuentra en Perico —como en otros rincones del mundo— un campo fértil, silencioso y creciente.


¿QUÉ ES EL HIKIKOMORI?

Es más que un aislamiento. Es una forma de existencia donde la persona se retira por completo del contacto social, se encierra en su habitación y rompe el pacto con lo común, evitando la escuela, el trabajo, los vínculos. En Japón, los Hikikomori ya se cuentan por cientos de miles. En Perico, no hay cifras oficiales, pero los casos se multiplican en barrios como 23 de Agosto, La Nueva Ciudad, La Paz o San Roque.

“Mi hijo no es violento, no consume drogas, pero tampoco vive. Simplemente… se apaga”, dice Ana, madre de un joven de 17 años que hace casi un año no sale de su casa.


UNA JORNADA TÍPICA EN EL MUNDO CERRADO

Caso figurado: “Ezequiel”, 16 años, Perico

10:30 hs: Se despierta. No por el sol que entra por la persiana cerrada, sino por una notificación de su servidor de videojuegos coreano. No desayuna.

12:00 hs: Mira cuatro capítulos de una serie anime. No habla. Se ríe en silencio.

15:00 hs: Almuerza lo que le dejan en la bandeja, en la puerta. No da las gracias, tampoco se queja.

17:00 hs: Se conecta a Discord. Habla con otros “jugadores”. No sabe cómo se llaman. Los siente más familia que sus propios hermanos.

21:00 hs: Evita que lo vean. Se baña cuando la casa está en silencio. Sale al patio a fumar escondido.

03:00 hs: Se duerme escuchando música japonesa lo-fi. Cierra los ojos, pero no sueña. Hace meses que no sueña.


¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN PERICO?

Hay varias hipótesis. La más fuerte apunta a la combinación de factores:

  • Alta exposición a culturas virtuales globales (anime, K-pop, gaming extremo) que generan modelos identitarios más potentes que la comunidad real.
  • Debilitamiento del lazo social físico: menos clubes, menos interacción escolar, menos diálogo familiar.
  • Falta de abordajes desde el Estado: el fenómeno no figura aún en ninguna política municipal o provincial.
  • Modelo educativo rígido y desfasado: muchos jóvenes no encuentran sentido en lo que se les propone desde las aulas.
  • Impacto post pandemia: el aislamiento forzado potenció burbujas digitales que nunca se rompieron del todo.

IDENTIDADES LÍQUIDAS Y TRIBUS TRANSCULTURALES

El fenómeno Hikikomori en Perico no puede desvincularse de lo que Zygmunt Bauman definía como identidades líquidas. Hoy, los jóvenes ya no se definen por pertenencias territoriales, sino por códigos virtuales, avatares, referencias externas. En Perico hay adolescentes que hablan japonés, siguen rutinas coreanas, comen ramen en polvo… pero no cruzan la calle a saludar a un amigo.

Las tribus otakus, los gamers extremos, los fanáticos del cosplay, no son en sí mismos un problema. El problema es cuando se vuelven el único universo posible.


¿Y AHORA QUÉ?

Hace falta un nuevo abordaje cultural, intergeneracional y empático.
Desde la Redacción de Perico Noticias proponemos (Testigos del fenómeno):

  1. Incluir el fenómeno Hikikomori en la agenda pública: no se puede intervenir lo que no se nombra.
  2. Crear dispositivos comunitarios no invasivos: clubes digitales, espacios de encuentro mixto (virtual-presencial), mentores jóvenes que se comuniquen en su lenguaje.
  3. Formación docente y talleres para padres: para leer las señales y actuar a tiempo.
  4. Una narrativa pública distinta: no criminalizar ni ridiculizar. Comprender, acompañar, proponer.

CONCLUSIÓN: PUERTAS QUE SE ABREN DESDE ADENTRO

No basta con golpear. Las puertas de los Hikikomori solo se abren desde adentro. Y para eso hace falta una sociedad más sensible, más curiosa, más capaz de ver al que no se deja ver.

Perico tiene historia, tiene alma colectiva, tiene herramientas. Ahora, también tiene un nuevo desafío: rescatar a sus hijos invisibles.


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