BUSQUEN OTRA FUENTE DE INGRESO: «Una condena a la intemperie»

BUSQUEN OTRA FUENTE DE INGRESO: «Una condena a la intemperie»

Por Jorge Lindon: Tierra del Fuego arde. Pero no por su geografía extrema, sino por una herida política que se abrió sin anestesia: más de 11.000 puestos de trabajo están en riesgo tras la decisión del Gobierno nacional de reducir aranceles de importación, lo que golpea de lleno al polo industrial fueguino, históricamente protegido por un régimen promocional que, aunque imperfecto, sostuvo durante décadas el tejido productivo y social de una provincia aislada del continente.

Ante la protesta masiva de trabajadores —movilizados en Río Grande frente a fábricas como Mirgor— la respuesta oficial no pudo ser más cruel, más reveladora, más brutal: “Busquen otra fuente de ingreso.” Así, sin red. Sin plan. Sin compasión.

Esta frase, que pasará a los anales de la insensibilidad institucional, resume de forma descarnada la lógica del actual experimento libertario encabezado por Javier Milei: la economía no tiene obligación de proteger a nadie; el Estado no debe intervenir; y si el mercado te descarta, es tu problema. Bajo este paradigma, la política deja de ser una herramienta para equilibrar desigualdades y se transforma en una aplanadora social.

EL ESTADO AUSENTE COMO PROYECTO

No se trata solo de aranceles. Se trata del mensaje de fondo: la desprotección como principio rector de la vida argentina. Porque el mismo consejo (“busquen otro ingreso”) podría aplicarse a docentes que ven sus salarios pulverizados, científicos expulsados del CONICET, pequeños empresarios devorados por tasas de interés, o beneficiarios de comedores populares abandonados a su suerte.

¿De verdad creen que un obrero metalúrgico, de 50 años, puede reinventarse de la noche a la mañana como emprendedor digital? ¿De verdad una pyme puede bajar costos a niveles asiáticos sin infraestructura, sin crédito, sin certezas? La respuesta liberal es brutalmente clara: sí o muere.

UN PAÍS POBRE NO SE ARREGLA CON MÁS DESAMPARO

Argentina no está en crisis por exceso de Estado. Está en crisis por décadas de desidia, corrupción, pero también por elites que nunca se industrializaron de verdad, que vivieron de subsidios y beneficios fiscales sin reinvertir, sin innovar, sin competir. Tierra del Fuego es un símbolo de ese modelo que se agotó. Pero no se sale de esa trampa dinamitando el sustento de miles de familias sin un plan alternativo. Se sale con desarrollo, transición, y responsabilidad social.

El país no se volvió pobre de un día para otro. Se empobreció por modelos que se quedaron a mitad de camino: populismos que prometieron justicia social pero se devoraron a sí mismos en corrupción, y tecnocracias que prometieron eficiencia pero solo dejaron ajustes y deuda. Ahora, Milei nos propone el tercer acto: el abandono total como virtud.

SIN CONTENCIÓN NO HAY TRANSFORMACIÓN

Que las industrias fueguinas deban mejorar, bajar costos y aumentar competitividad es indiscutible. Pero eso no se hace empujando a miles a la calle, ni mucho menos culpándolos por perder el empleo. Lo que falta no es solo sensibilidad: falta una política de transición, de reconversión real, con inversión, educación, créditos blandos y un Estado que acompañe. Porque el mercado no reabsorbe al que queda fuera: lo devora.

Argentina está siendo conducida como si fuera una planilla de Excel. Pero los despidos no son celdas: son vidas. Son hijos. Son ciudades enteras. No se puede construir una nación echando abajo lo que aún queda en pie sin una alternativa sólida. “Busquen otra fuente de ingreso” no es un consejo: es una condena a la intemperie.

EL ÚLTIMO CONSEJO

A quienes hoy defienden este modelo de salvajismo económico creyendo que “ahora sí” vendrá el progreso, conviene recordar que los países que admiramos (de Estados Unidos a Corea del Sur) protegieron, planificaron, e invirtieron antes de abrir sus economías. Y que lo hicieron sin condenar a sus trabajadores a la miseria.

Hoy, Tierra del Fuego no pide privilegios: pide justicia social, transición productiva y respeto. Si el Estado no está dispuesto a dar respuestas, al menos que no tenga el descaro de burlarse de quienes lo sostienen todos los días desde sus fábricas.

¿Qué es lo que más te preocupa hoy en Jujuy?

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *