En el final, Massa buscó polarizar con Macri: «El domingo van a tener un golpe de realidad»
Desde el epicentro massista en la Primera Sección electoral -donde el Frente Renovador se ilusiona con ganar, en una pelea que reconocen codo a codo con el kirchnerismo- Massa se autodenominó el «camino» para «frenar el ajuste» de Mauricio Macri sin tener que recurrir al pasado ni tolerar la corrupción, en alusión a Cristina Kirchner.
Rodeado de militantes con banderas argentinas, el candidato a senador dijo que así como en 2013 tuvo «la responsabilidad de frenar la locura» porque la gente no quería que los Kirchner le «manosearan la Constitución», ahora tiene la obligación de «ponerle límites a un gobierno para pocos».
El tigrense encabezó el acto en un escenario circular estilo Town Hall Meeting, típico de las campañas norteamericanas, como los que ya habían implementado en el país primero Macri y luego Cristina en el primer viraje a su renovada versión ciudadana.
En su última chance antes del inicio de la veda, Massa también buscó convencer a los desilusionados por el Gobierno de Macri de que él representa «el verdadero cambio» y también convocar a los peronistas «que hoy están en duda», a quienes prometió: «Vengan, compañeros, que podemos construir algo grande y plural».
«El domingo tenemos la oportunidad de poner al pasado definitivamente en el pasado», aseguró a la vez que volvió a polarizar con Macri diciendo que frenará también a aquellos que creen que «agitando el fantasma de la corrupción van a dividir la sociedad».
tolbizer también dirigió sus dardos al Presidente y trató a los funcionarios de Cambiemos como «gerentes que vinieron para administrar el Estado como si fuera una empresa», mientras que ahora «le dan la espalda a los problemas de la gente».
También aprovechó para cuestionar las polémicas declaraciones del precandidato a senador por el macrismo, Esteban Bullrich, y dijo que «debemos capacitar y ayudar a los jóvenes; no meterlos presos».
Además de la novedad del escenario en 360º, en el cierre también buscaron innovar con un juego de preguntas y respuestas, del que participaban algunos invitados al acto que manifestaban las inquietudes que los principales dirigentes de 1País se encargaban de contestar.
Fue un método de proximidad, similar al ya habitual diálogo de Cristina en los actos con los caídos del esquema productivo. Sin embargo, con una diferencia clave: la gente no sólo manifestaba sus problemas desde la llegada de Macri, sino también había algunos «hartos de la corrupción» y de la grieta.