“Retirada oficialista, regreso jujeño” 23 de agosto

Tras el asesinato de Ariel Velázquez  Jujuy quedó expuesto como otro feudo, donde el clientelismo humilla y la democracia se degrada bajo el tinte de la contención social. También el futbolista Carlos Tevez corrió el velo a las miserias argentinas que el modelo no puede erradicar. En este marco el pueblo jujeño sustenta sus esperanzas de recuperar protagonismo, ante un oficialismo sobrepasado de autoritarismo, cuyos abusos serán desterrados en las próximas elecciones.

23.08.2015 || El oficialismo abrumado por los reproches que se le realizan desde la nación por haber perdido el control de la situación política en aspectos de convivencia social en la provincia, deambula en la incertidumbre.

El homicidio del joven Ariel Velázquez, del cual la propia presidente quiso escapar, ocultándose tras una ficha de afiliación compulsiva, lanzó en Jujuy el grito de Libertad; el peso del régimen se hizo insoportable.

Jujuy demandaba una causa aglutinante para derrumbar el poder del fellnerismo, el cual se apoya en el poder paralelo de Milagro Sala. La irrupción lamentable de un homicidio cargado de sospechas políticas está poniendo al pueblo jujeño de una lado de la cancha.

Cuando CFK en cadena nacional excusó a Milagro Sala de responsabilidad con el desgraciado hecho, al cual lo redujo a un episodio de inseguridad; pudo verse a Fellner aplaudiendo la parcialidad impropia del rol de un jefe de estado.

Fellner  afirmó durante estos días, que la justicia esclarecerá el hecho, sosteniendo que todo lo demás que se dice es politiquería barata. Pero el primer mandatario no asume las consecuencias de sus omisiones e indiferencia con el pueblo jujeño, actos que también crispan los ánimos en Jujuy.

En este sentido, Eduardo Fellner presidente del Consejo Nacional del Justicialismo, aún no reconoció la derrota del FPV ocurrida el 9 de agosto pasado. En su distrito Fellner perdió por 11 puntos y no tuvo la estatura para felicitar el esfuerzo de sus adversarios, estos desaires contribuyen a un clima de intolerancia.

Peor aún, el FPV desató toda la parafernalia mediática de los grupos concentrados partícipes del poder para instalar una victoria que nunca ocurrió, cual si el pueblo jujeño mereciera el atropello de desafiar la verdad.

Hoy que se conmemora otro aniversario del Éxodo Jujeño, en el discurso no cabe ninguna alabanza del modelo; solo hay lugar para convocar a la paz y la unidad de Jujuy.

Intentar vender a los jujeños; pobres más de la mitad, que los planes y programas asistenciales son una razón suficiente para pedir la renovación de confianza en octubre, es un esfuerzo que el gobierno puede ahorrarse, ya que en estos días hubo en el país una clarificación del concepto de planes sociales, a los cuales hoy se los consideran un fracaso, ya que la dignidad humana requiere mayores esfuerzos del estado –empleo de calidad-, lo cual en Jujuy sigue siendo una deuda.

El nuevo aniversario del Éxodo, está cargado de expectativas políticas, las cuales son legítimas. Esta vez el gobierno perdió el consenso, se quedó en minoría, pero será el proceso institucional el que determinará el final del  régimen.

La quema en esta oportunidad no es simbólica, la hizo el gobierno destruyendo institutos como la división de poderes, la transparencia y la participación cívica. Una vez más el pueblo jujeño deberá reconstruir  la provincia, tras dejar Eduardo Fellner y los suyos, una lamentable tierra arrasada.