Feriantes: “Déjennos trabajar”; Demarco: «Déjenme gobernar»

 Feriantes: “Déjennos trabajar”; Demarco: «Déjenme gobernar»

Ciudad de Perico //El domingo 17 de mayo, en horas de la mañana cuando la cálida Feria Americana y la pintoresca Feria de Remate, con más de 25 años en la ciudad, comenzaban su actividad comercial, con las medidas indicadas para sostener el aislamiento, se encontraron con una arrogante fuerza de infantería que los desalojó, poco importó que la mayoría de los puestos pertenecían mujeres trabajadoras.

Desproporción en la aplicación de la Fuerza Pública

Previamente, las fuerzas fueron dejando aislados a los feriantes, impidiendo el paso a los compradores, con cerrojos en las arterias periféricas, para proceder a un grave desalojo.

Los trabajadores, enviaron el protocolo a las autoridades del COE provincia, como también al municipio. Sin embargo, las órdenes de las fuerzas de seguridad comentaron que procedían a echarlos, porque rompieron la cuarentena; cuando al frente del desalojo operaba con normalidad La Feria Minorista y a pocas cuadras el nuevo Mercado de Abasto Municipal.

Unos días antes el Intendente, que se reunió con algunos referentes de este importante sector comercial, le dió tres opciones; 1. Ir al nuevo Mercado de Abasto Municipal (con un contrato celebrado sobre un terreno del principal acreedor político de VÍA). 2. Ingresar a la Carpa Tricolor.  3. Aceptar en conformidad con el La Comisión del Barrio San Martín adquirir puestos montados sobre el polideportivo, de carácter definitivo.

En ningún momento escuchó el intendente, la posición de los puesteros, quienes le pedían seguir vendiendo en las márgenes de la ancha avenida Bolivia, y adyacencias; como lo hacen hace 25 años, amparados en ordenanzas, y en el derecho de piso pagado al municipio, en varios casos por todo el 2020; es decir, los feriantes están a derecho.

Demarco, dispara otro balazo sobre sus pies

El intendente insiste, que lleva adelante un plan de reorganización de la ciudad, donde debe despejar las arterías y las veredas que son ocupadas en diferentes días y horarios por centenares de trabajadores (puesteros, manteros, verduleros, etc). En principio hay un sentido de reestructuración de las reglas de convivencia, sin embargo el objetivo lo pretende alcanzar mediante el rigor del látigo, según expresiones de sus máximos aliados.

Demarco, quién hace unos días salió a conquistar el electorado de la provincia, hablando del proyecto de convertir a Perico en un Polo Cultural, realizando en la estación de trenes una infraestructura turística para resaltar la historia ocurrida a los largo de la avenida Belgrano en la década de oro del ferrocarril.

La iniciativa, posee aciertos a considerar; sin embargo, Demarco no interpreta que esa recreación que intenta poner en valor, el ronco hervor de la muchedumbre comprando en la rústica Estación Perico, se transfiguró con el paso de los años, en múltiples ferias, donde miles de consumidores del norte del país se ven atraídos, concurriendo a diario; y los domingos en especial llegan en familia al afamado  circuito comercial, el cual el intendente subestima como condimento para un verdadero proyecto turístico-cultural; Perico sin sus ferias, no es Perico.

Lamentablemente, el Intendente se avergüenza de la idiosincrasia de su electorado; los quiere fuera de las calles, sometidos, ocultos a la mirada de los proyectos modernos, los cuales suprimen la identidad. (en las redes sociales los soldaditos de VIA fustigan a los feriantes por tener vehículos algunos, por dar mal aspecto, otros).

Mujeres trabajadoras, se manifestaron pacíficamente frente al domicilio del Intendente de La Ciudad de Perico

La Feria de Perico es un fenómeno antropológico, que tiene fuertes connotaciones de la economía social ascendente, no surgió de un día para otro, evolucionó durante más de tres décadas hasta tener el reconocimiento institucional del CD y del propio Municipio; nadie puede negar que es una formula exitosa, que otras ciudades no pueden imitar; pero que sin embargo esta gestión pretende erradicar.

El máximo jefe de la ciudad debería sentir orgullo de su comunidad, donde un gran porcentaje ejerce el comercio en la feria. Sobre los lugares ya aceptados y recomendados por miles de visitantes debería trazar un recorrido con sendas peatonales, apostando a la reconversión visual de puestos, integrando la producción orgánica y la producción local (km 0), mejorando los servicios para los mismos, como para los consumidores.

Cualquier político periqueño, que se precie de idóneo, cuando se mira al espejo, ve en el reflejo, el rostro de su gente; nunca el propio.

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