Del narcoestado a un país serio ¿Tras la reconquista de la Plaza?

Mas allá que los vecinos de Cayastá salvaron al gobierno, al encontrar a los prófugos, Cambiemos, fortalecido en las últimas horas por el FR, dió luz verde a una reestructuración de las fuerzas de seguridad en el país.

Jujuy  || 11.01.16 || Ahora si Macri prepara las maletas para llegar a Davos el próximo 20 de enero junto a Sergio Massa. Finalmente pudo dejar atrás el papelón de los prófugos, que desnudo la connivencia de células contaminadas del estado.

En este sentido, la Ministra Patria Bullrich ratificó que desmantelarán las manzanas podridas que cohabitan en el poder del gobierno.

Sin dudas el episodio esmeriló tempranamente parte del crédito de los nuevos; pero la posición obstinada y férrea de los recién llegados dió lugar a la esperanza de convertirnos en un país en serio, donde los postulados del FR se alzan en el horizonte como  metas de los argentinos, ya que fue el espacio político que no titubeo en desnudar los flagelos que la sociedad reclamaba combatir; objetivos que Macri adoptó desde el primer día de gestión como propio, pero que ahora debe compartir como base de un proyecto político más amplio.

Se dió un paso importante en la manifestación de ser implacables contra cualquier situación que atente contra el estado; en especial en temas de narcotráfico. Tal vez  en la misma filosofía pueda inscribirse la decisión de la justicia jujeña de procesar a Milagro Sala por infracción al nuevo código contravencional de la provincia, como por rebeldía a acatar los protocolos de los nuevos programas que el gobierno a dispuesto para descentralizar los recursos públicos.

En cuanto a la postura que se tomó en materia de combatir el crimen organizado a nivel nacional no hay dudas que toda la población apoya la decisión;  sin embargo en temas de restricción a tradicionales formas de protestas hay disonancias, ya que hay sectores que mantienen posturas antagónicas con el gobierno jujeño, respecto a no buscar otra vía de solución.

En este sentido, el nuevo código contravencional, choca contra un paradigma cultural que deberá moldear desde un proceso de ilustración que demandará tiempo para alinear mayorías; siempre y cuando la justica desde un comienzo se muestra imparcial e independiente.