La mujer que enfrentó a la inflación y el desempleo en Monterrico “podría ser intendente”
En Jujuy comienza el Chavismo

El acto del día de la Pachamama celebrado en San Pedro de Jujuy por la Tupac Amaru, recibiendo a Cristina Kirchner, no solo estremeció a la propia presidenta, además alertó a la Argentina; -el populismo venezolano ya está entre nosotros-
Jujuy. 03.08.2013
La foto de Cristina junto a Milagro Sala; recorrió las editoriales, allí se la observa frente a millares de argentinos cautivos de programas sociales, quienes están sujetos a la voluntad y visión de su conductora, nos referimos a Milagro Sala; quien tuvo la habilidad de manejar a los excluidos del sistema en Jujuy, incorporándolos a un régimen asistencial que los ha contenido, mérito que alcanza para permanecer en la subsistencia, objetivo primario en una provincia que no brinda mayores oportunidades de ascenso social.
Este paisaje de marea humana es la señal de la venezolación de la Argentina, la que comenzó en Jujuy; sin duda este tipo de práctica solo es posible en una provincia con pésimas condiciones para el desarrollo humano, donde la necesidad es de tal magnitud, que el primer atisbo de contención se convierte no solo en la única esperanza, además pasa a ser el vértice rector de sus conductas.
Jujuy es una provincia cuya conciencia colectiva quedó circunscripta al pensamiento del grupo que digita el destinos de casi 700.000 ciudadanos; Fellner maneja la porción mayoritaria, la que incluye intendentes. Fellner somete bajo la amenaza de quitarle previsibilidad salarial a la provincia, donde mas del 65% de la economía depende del estado provincial.
El látigo del gobernador es el límite de cualquier exceso, los jujeños que no caben en el sistema formal, fueron enviados a las fauces de la Tupac Amaru, la que se encarga de adormecer cualquier enzima que convoque al barro a sublevarse, mientras la seudo oposición, comprime desde el otro lado de una misma moneda, la ilusión de un resistencia.
En Jujuy, el peronismo es un fracasado, el proceso industrial ha sido una ilusión óptica, ya que con un par de obras públicas, control sobre el sistema democrático y el dominio absoluto del relato, lograron instalar un reinado, donde las oportunidades solo son para los miembros y amigos del establishment.
Jorge Héctor Santos
Lo que no deja de resultar llamativo es cómo, en los años de Néstor y Cristina en el poder, el ciudadano se ha acostumbrado a convivir con un manejo gubernamental provisto de porcentajes crecientes de recurrentes mentiras, de desvergonzada corrupción, de degradación moral, de dilapidación de los recursos públicos, de decadencia en la educación, en la salud pública, de perversión, de degradación ética, de limitaciones a la libertad, de prepotencia, de falta de futuro, de impunidad, de deterioro institucional, de autoritarismo, de destrucción del diálogo, de agravios, de tergiversación de la historia, de aniquilamiento de las normas de convivencia.
A esta penosa mención enunciativa hay que adicionarle la inusual manera en que el pueblo fue aceptando coexistir con la muerte a causa de la inseguridad; al igual que lo viene haciendo con el ascendente narcotráfico.