En Jujuy el 59% votaría otra fuerza política para gobernador. El 52% peronismo, pero no necesariamente PJ

Como todos saben, las encuestas en este país son los únicos brotes verdes, si bien la situación económica es crítica, las consultoras no cesan de aportar informes por pedidos de todos los sectores ligados al poder.

Se miden candidatos a presidentes, la performance de cada gobernador, aceptación de posibles frentes, opciones y se intenta escudriñar en la mente de los votantes de todo el país.

Fruto de la abundancia de datos, se pueden realizar triangulaciones sencillas; por ejemplo en Jujuy la caída de la imagen de Gerardo Morales sigue pronunciándose, por su sociedad política con el PRO.

El blindaje mediático que intentó el gobierno comenzó a resquebrajarse, surgieron grietas a través de las cuales se vislumbran posibles hechos de corrupción y una probada mala praxis, entre ellas el mayor endeudamiento de la  historia para una provincia pobre (40.000 millones de pesos en dos años); la mima que recibió mimos preferenciales hasta ser llamada la Santa Cruz de Macri por la propia Vidal, sin embargo las transferencias no bastaron para alcanzar el equilibrio fiscal que otras 18 provincias hicieron posibles.

Jujuy quedó prisionera de sus acreedores, Morales necesita un respaldo del Presidente para afrontar el Bono de fin de año, en estos meses espera recibir la devolución del favor de haber acompañado el presupuesto más insensible de la historia argentina.

También le queda la opción de resignar las intenciones de adelantar las elecciones ya que trascendió que el plan “Jujuy Asiste y reactiva”, encubría el financiamiento de la campaña, la cual ya estaba lanzada pero ahora se congeló ante la demanda gremial del bono de fin de año.

Ante este cuadro absolutamente desalentador para el jujeño promedio, el gobierno no puede capitalizar ninguna acción como positiva; ya que todos los anuncios y lanzamientos de programas no tienen incidencia en la economía doméstica.

Ahogado financieramente Morales, gestiona desesperado más financiamiento externo aún, busca traer una partida para el tramo férreo Volcán-Humahuaca e inversiones para adquirir cámaras de seguridad; cuando aún no dio ningún paso firme en esos dos objetivos con créditos anteriores.

El desmadre administrativo y financiero, esta poniendo a la mayoría de la población, según se desprende de las encuestas, en una demanda de una nueva oferta que brinde esperanzas de progreso; la cual la esperan fuera de CAMBIEMOS, como también lejana al peronismo feudal que dominó por tres décadas la provincia.

Parecería una utopía encontrar esa oferta, lo cierto es que la demanda esta registrada, la misma se aprecia sustentada en un voto de inclinación peronista, progresista y popular; con lo cual advertimos que la construcción que se realiza en provincia de Bs As con repercusiones nacionales ya posee ecos en Jujuy.

Este camino es un desafío para los dirigentes sociales y políticos jujeños, los cuales deben tejer una red por fuera de las fuerzas tradicionales (UCR/PJ), un proyecto complejo dada las condiciones dominantes del bipartidismo jujeño.

Sin embargo, la meta no es imposible, ya que un importante caudal de votos se manifestó en las últimas elecciones en blanco, con millares de jujeños desencantados y decepcionados de los partidos tradicionales a los cuales supieron acompañar.

Hoy, la madurez cívica emite señales desde las redes sociales, donde se expresa el rechazo hacia las actuales políticas, tanto en aspectos ejecutivos, como en la escasa gimnasia opositora, donde ya se desnudan complicidades siempre vinculadas a negocios con el estado.

Pero, ¿lograrán lo dirigentes del campo social, legisladores, intendentes y comisionados del peronismo que escapan del yugo del PJ corporativo, junto a otras expresiones surgidas desde el llano, construir una alternativa para los electores jujeños?; aprovecharán el desencanto con la política de Morales sobre todo; o sucumbirán en el cuidado de sus intereses, dando la espalda al grito oprimido de una sociedad golpeada por un ajuste ingrato, que pagan siempre los de abajo.