La reconversión de Ledesma vislumbra una nueva etapa de crecimiento

 La reconversión de Ledesma vislumbra una nueva etapa de crecimiento

El grupo de la familia Blaquier ganó $ 735,9 millones en su año fiscal 2019/2020, cerrado en mayo. En los anteriores tres, acumuló pérdidas por más de $ 3000 millones. Cómo hizo para reducir sus costos operativos y, también, aliviar el peso de su deuda.

Ledesma volvió a tener resultados positivos después de cuatro años

“En el principio, Dios creó los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo”. La cita es del versículo inicial del Génesis, el primer libro de la Biblia. Ese concepto –ordenar, iluminar, transformar… recrear– fue el que inspiró a Ledesma a bautizar como “Génesis XXI” a su plan estratégico a 10 años. La iniciativa, que se propone reconvertir al imperio que la familia Blaquier Arrieta cimentó a partir de la caña de azúcar, ya cumplió 24 meses de la etapa a la que definió como “de optimización”, paso previo a lo que, según su time-line, será la fase de crecimiento.

Ese proceso, que implica mejoras productivas en sus negocios core –Azúcar y Alcohol; Papel y Librería– y la potenciación de otras actividades –como frutas y la producción agrícola y ganadera–, está empezando a dar resultados. La semana pasada, el grupo anunció los resultados de su balance anual cerrado el 31 de mayo. Ganó $ 735,9 millones, un 2,6% de los $ 28.947,11 millones que facturó.

Una noticia dulce, en un contexto en el que la empresa había protagonizado titulares por las complicaciones que el Covid-19 provocó en su base de operaciones: con 11 empleados fallecidos, no fue ajena a la expansión del coronavirus en el departamento jujeño de Ledesma, uno de los de mayor nivel de muertes a nivel nacional (68 por cada 100.000 habitantes).

Pero, sobre todo, porque, más allá de la coyuntura, es el primer balance en azul que el grupo logró en cuatro años. El último ejercicio con resultado positivo data

de 2016: $ 4,15 millones. Desde entonces, registró pérdidas consecutivas y aceleradamente crecientes: $ 122,3 millones en 2017; $ 1200 millones en 2018; y $ 1686,94 millones en 2019, cifra que, actualizada a valores de hoy, escala a los $ 2181,17 millones. Es el peor ciclo en sus 107 años de historia.

Hace tres años, Javier Goñi, ex CEO de Alpargatas, asumió como gerente general. Fue la primera vez, en más de un siglo, que el gigante azucarero no tendría al frente de su día a día a un integrante de la familia. Fue el cambio de ritmo en la marcha de los Blaquier hacia la salida del esquema de dueño único –Carlos Blaquier padre,quien lideró el grupo entre 1945 y 2013– a una conducción colegiada, el cimiento para construir lo que llamaron “la Ledesma del futuro”.

La herramienta de esa construcción es Génesis XXI, plan que definió 150 iniciativas de mejora en todas sus áreas y que, al cabo de sus primeros dos años de ejecución, ya tiene 62 finalizadas. “Han generado los beneficios esperados”, reseñó Carlos Blaquier hijo, presidente de Ledesma, en la memoria del último balance. Son las que permitieron dejar los números en rojo, en un contexto de precios congelados, caídas del consumo, retracción de volúmenes domésticos o de las exportaciones, según el negocio.

“La reversión se debe, en parte, a mejoras operativas, que redundaron en un incremento en la ganancia operativa (pasó de $ 2637 millones a $ 3122 millones) y, en parte, a un menor impacto de los costos financieros, principalmente, por una menor devaluación real del peso”, explicó.

En el ejercicio 2019/2020, los ingresos de Ledesma fueron apenas 0,6% superiores a los del año anterior. “En los primeros tres años de Génesis XXI, pusimos mucho foco en todo lo que fue mejora de costos, tanto de producción como de administración. Eso influyó mucho en el resultado operativo”, explican en su management.

Los costos de ventas, por ejemplo, se redujeron de $ 19.267,2 millones, en 2019, a $ 18.703,3 millones, en el último balance. En tanto, los gastos de administración bajaron de $ 3404,28 millones a $ 3183,54 millones. Como consecuencia, la ganancia operativa mejoró en $ 484,9 millones, a $ 3122 millones.

Sin embargo, si en las cuentas de Ledesma había alguna línea con más caos y tinieblas sobre las cuales echar luz y orden, era la del pasivo. “La deuda financiera se mantuvo relativamente constante en términos reales y tuvo una pequeña caída, medida en dólares”, reseñó Charlie Blaquier en la nota a sus accionistas.

“Durante el ejercicio, se logró una mejora significativa en cuanto al perfil de deuda”, agregó.

Al 31 de mayo, la deuda financiera neta de Ledesma ascendió a $ 11.524,66 millones. El 67%, nominado en dólares. Pero, como un 9% de esa parte está cubierto con derivados financieros, en términos reales, el peso de los compromisos en esa moneda es del 58%.

En agosto de 2019, Ledesma suscribió un contrato de préstamo (“term facilities agreement”) por u$s 90 millones, ampliable a u$s 110 millones, a siete años y con dos de gracia. Lo otorgó FMO, el banco holandés de desarrollo, con Rabobank como asesor financiero.

Los fondos, informó Blaquier en la memoria, se invirtieron en proyectos estratégicos, para ganar competitividad y capacidad de innovación. También, a financiar capital de trabajo. Pero, en especial, se utilizaron para refinanciar deuda de corto plazo y recomprar obligaciones negociables ($ 324 millones, de una colocación de $ 350 millones).

“Empezamos el ejercicio con u$s 170 millones de pasivos en dólares y lo cerramos con algo más de u$s 160 millones”, subrayan en la empresa.

“Descomprimimos vencimientos. Más de la mitad de la deuda financiera en dólares, ahora, está a mediano y largo plazo. A corto, tiende a ser cero; entre u$s 2 millones y u$s 3 millones”, agregan. El plazo medio de la deuda de Ledesma es de 24 meses, el doble que hace un año.

El reperfilamiento no sólo es cronológico. También, en conformación. Con la decisión tomada de reducir su exposición cambiaria, para deuda nueva, tomará moneda local, sea bancos o mercado. Ya lo hizo. El mes pasado, colocó $ 1500 millones en ON, con vencimientos a seis y a 12 meses.

Con un negocio exportador sólido –azúcar, papel, artículos de librería, producción agropecuaria y, en especial, frutas–, recauda entre u$s 80 millones y u$s 90 millones por año. “Por el perfil de deuda anterior, una devaluación nos jugaba en contra. Ahora, con este flujo de caja, lo hace a favor”, subrayan.

Por lo pronto, la ecuación cambiaria mejoró sus últimas cuentas. Mientras que, en el ejercicio 2018/19, el tipo de cambio subió 99%, en el siguiente lo hizo en 57 puntos, consignó en el balance.

Ese doble efecto entre reducción de deuda y menor devaluación hizo que sus ingresos financieros mejoraran en $ 1260,77 millones, a $ 2340,47 millones. Y que los costos financieros, $ 4270,83 millones, fueran $ 2308,53 millones inferiores a los del ejercicio previo.

El costo financiero neto cayó de $ 5281,95 millones a $ 1817,82 millones, puntualizó Blaquier en la memoria. También, señaló que, en el último año fiscal, el grupo cumplió con $ 1281 millones en concepto de impuestos propios y $ 2120 millones, como retenciones y percepciones tributarias de terceros. Junto a la deuda financiera, compromisos que lo obligan a meditar mucho en qué invertir –u$s 20 millones en tecnología, entre tecnología industrial y para trabajo en el campo, por ejemplo– y, también, en qué no.

En mayo, el directorio decidió disolver Ledesma Renovables, sociedad de la que tenía el 53% y que había creado en 2017 en sociedad con la británica Eternum Energy (47%), para licitar por proyectos solares en La Rioja, Catamarca y Jujuy, en la segunda ronda del programa RenovAr.

“No llegó a concretar los objetivos propuestos, lo que motivó la decisión de destinar esfuerzos a otros negocios”, explicó Blaquier a sus accionistas –prácticamente, su familia, dueña del 90,45% del capital–, sobre ese sorbo amargo.

Azúcar y alcohol

En su negocio de Azúcar y Alcohol, Ledesma procesó más de 3,71 millones de toneladas de caña entre junio de 2019 y mayo de 2020. Es un 4,6% menos que en su año fiscal previo. Pero, por destinar menos volumen a la producción de alcohol, más la compra de azúcar a terceros, su elaboración de azúcar refinada creció 11%, a 324.130 toneladas. Por la escasez de lluvias, apuntó en el balance, el cañaveral no desarrolló todo su potencial y su producción propia cayó 1,3 por ciento.

Las ventas totales sumaron 334.674 toneladas, un alza del 3,1%. “A pesar de no ser una variación porcentual muy elevada, este incremento es muy importante, dado que se alcanzó con un alza del 10% en el volumen de ventas al mercado interno y una reducción del 27% en las exportaciones, en un año de precios internacionales deprimidos”, explicó.

El crecimiento en ventas domésticas fue dispar. En el mercado de consumo masivo, mejoró 6%. En el industrial, lo hicieron un 14 por ciento.

“El crecimiento en el segmento industrial se explica, principalmente, por el desarrollo de nuevos clientes”, reseñó. Destacó que, en el negocio de consumo masivo, registró incrementos “notables” (sic) en sus tres nuevas familias de producto: Azúcar Light (132%), Azúcar Rubia Mascabo (500%) y Edulcorantes (122%).

“Parte de Génesis XXI es el posicionamiento de marca, ampliando el portfolio de negocios. Tuvimos una mejora en la percepción del consumidor”, señalan en el grupo.

En el año fiscal, Ledesma exportó 42.423 toneladas de azúcar, que fueron exclusivamente a Chile y los Estados Unidos, sus mercados habituales.

Para la zafra 2020, el grupo espera moler 3,8 millones de toneladas de caña de azúcar. Planea destinar el 77% a la producción de azúcar y el resto a la de alcohol. El 90% de esta parte se convertirá en bioetanol para el mercado de combustibles y el 10%, a los segmentos de bebidas, desinfectantes e industrial. El 90% de la

producción de azúcar será para el mercado interno.

Papel y librería

En su negocio Papel y Librería, Ledesma produjo 89.815 toneladas de papel embalado. Destinó 2518 toneladas a la elaboración de papel encapado, hasta el cierre de esa planta (San Luis) por la cuarentena, y utilizó 12.235 toneladas para hacer cuadernos y repuestos escolares.

En el mercado interno, comercializó 54.011 toneladas de papel para impresión y escritura. La venta de productos de librería fue de 9931 toneladas.

El grupo exportó 16.030 toneladas de papel, un 27% menos que un año antes. Pese a que, en junio de 2019, luego de tres años de investigación y desarrollo, lanzó un papel fabricado íntegramente con fibra de caña de azúcar, sin fibra de árbol ni blanqueadores químicos. Se vendió con la marca Ledesma NAT, que le abrió mercados en España, Alemania y Corea del Sur. Además, se exporta a Uruguay, Paraguay y Chile.

Frutas y jugos

En su ejercicio 2019/2020, produjo 105.622 toneladas de frutas en sus fincas de Jujuy y Salta. Usó 34.769 toneladas para embalado en fresco y 67.196 en la molienda en su planta de jugos concentrados. Además, a fines de 2019, el grupo arrendó una finca en Tucumán, con 200 hectáreas de limón. Al cierre del año fiscal, ya había cosechado sus primeras 2464 toneladas. “Este arriendo tiene por objetivo reforzar la oferta de limón de la compañía, tanto para los mercados de exportación de fruta fresca como para los mercados industriales”, explicó Blaquier en la memoria.

Además de la producción propia, en la planta de jugos concentrados procesó 26.462 toneladas de fruta adquirida a terceros. Elaboró 5777 toneladas de jugos concentrados y 472 de aceites esenciales.

Con 28.429 pallets, casi 10% del total, Ledesma fue la empresa argentina que más cítricos vendió al exterior en 2019, resaltó en su balance. La naranja Valencia –su principal producto fresco– tuvo precios estables durante toda la temporada, explicó. “No fue así con el limón, que tuvo uno de los peores años de la última década, debido a una sobreoferta por parte de los principales países productores (la Argentina, Sudáfrica y España)”, distinguió. No obstante, Ledesma exportó 477 pallets de limones frescos a los Estados Unidos, mercado que se abrió en 2018, tras haber estado cerrado más de 20 años para la Argentina.

La Unión Europea es el principal mercado de exportación para los cítricos argentinos.

En el último año, Ledesma empezó a exportar a Canadá, Brasil, Albania, Malasia y Noruega.

Con demanda interna en descenso y precios internacionales a la baja, el negocio de jugos concentrados tuvo dificultades. Aun así, pudo colocar producción por sus acuerdos de largo plazo ya firmados, destacó.

Agricultura y ganadería

En su negocio agrícola, Ledesma cosechó 32.141 hectáreas de cultivos, con una producción total de 147.509 toneladas, 6,1% más que en el año fiscal previo. El mayor volumen fue de soja: 59.973 toneladas, una caída del 12%. También se redujo su producción de trigo: 35,9%, a 33.739 toneladas. En cambio, creció 60,5% la de maíz, a 45.143 toneladas. También lo hizo la de avena: 279,8%, a 179 toneladas.

El motivo principal de la baja en soja y el alza en maíz fue el creciente peso de las retenciones al primer cultivo a lo largo del año.

En tanto, el negocio ganadero arrojó 4838 toneladas de carne, un aumento del 23% contra 2018/19. La mayor causa: además de aplicar rotación de cultivos, la empresa convierte áreas agrícolas marginales en áreas de ganadería. Para el corriente año fiscal, que terminará el 31 de mayo de 2021, Ledesma espera finalizar su proyecto de expansión de producción vacuna, con el que planea alcanzar las 7120 toneladas de carne.

Fuente: cronista.com

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