Los gobernadores le piden a Macri una parte de cada emisión de deuda

Si Mauricio Macri continúa financiando el déficit emitiendo deuda, los gobernadores no se quieren quedar afuera: exigen que al menos un 3% de ese dinero se gire en forma automática a las provincias.

Cambiemos busca tratarlo el 2 de noviembre en Diputados, pero antes debe contentar a los jefes provinciales, capaces de trabarlo en el Senado. Para calmarlos, el jueves Rogelio Frigerio escuchará los reclamos de sus ministros de Economía.

Las administradas por peronistas tienen cinco pedidos de máxima: la coparticipación de los Aportes del Tesoro Nacional, de la totalidad del impuesto al cheque (la Nación retiene el 70%) y la creación del fondo de convergencia destinado a obras públicas.

Esta caja es la que buscan nutrir con el 3% de las emisiones de la deuda a largo plazo tomada por el Gobierno, que en 2017 será de 960 mil millones de pesos, según el presupuesto enviado al Congreso.

Un 3% rozaría los 30 mil millones y los gobernadores proponen establecerlo como piso del fondo, aún si Prat Gay decide salir menos a los mercados.

Y  repartirlo por el índice de necesidades básicas (NBI) y la densidad poblacional, factores que favorecerían a la provincia de Buenos Aires, discriminada en cualquier cálculo que tome como base la coparticipación federal.

Una provocación a María Eugenia Vidal, ausente en estas negociaciones y cada vez con menos esperanza en recuperar el fondo del conurbano bonaerense.

Tire y afloje

El fondo de convergencia ya es parte de conversaciones entre los técnicos de los bloques opositores: Diego Bossio (Bloque Justicialista), Marco Lavagna (Frente Renovador) y Axel Kicillof (Frente para la Victoria).

Este trío tiene una relación fluida con los diputados del PRO Luciano Laspina y Nicolás Massot, a cargo de las negociaciones por el presupuesto.

Pero el pulso lo marcarán la relación entre los gobernadores y la Casa Rosada. Frigerio exigirá a sus colegas rever las metas fiscales de las provincias, todas con fuertes déficit.

Con la misma vehemencia, en las provincias le pedirán no bajar impuestos coparticipables si pretende que sus balances cierren sin rojo. “El Gobierno tiene que entender que mientras no entremos en un período de crecimiento, no hay posibilidades de dar incentivos fiscales”, explicó a LPO Carlos Parodi, jefe de Gabinete de Salta y ex ministro de Economía de esa provincia.

En la anterior reunión, Frigerio buscó tranaquilizarlos sobre el impacto de la baja de ganancias, un reclamo de la CGT que golpea las provincias.

“Nos dijo que ya estaba previsto en el presupuesto y se compensaba con la devolución del 3% de coparticipación. Pero lo ideal es que los incentivos fiscales los absorba Nación”, insistió Parodi.

Un arma de negociación del ministro del Interior será la refinanciación de las deudas de la provincia con la Nación, herencia del rescate de las cuasimonedas en 2001.

Cristina Kirchner implementó un plan de refinanciamiento en 2010 y cuando un gobernador se portaba mal, lo suspendía y le giraba menos coparticipación.

El último caso fue el del neuquino Jorge Sapag, castigado por cuestionar la ley de hidrocarburos, finalmente sancionada.

Los gobernadores exigen que sólo se les cobre el capital y se condonen los intereses,  Prat Gay y Frigerio está dispuesto a negociar sólo a cambio de enterrar otros planteos.

El que desechan sin mayores análisis es la coparticipación plena del impuesto al cheque, que tendría un duro costo fiscal para el Gobierno. Si podrían desprenderse de una parte de los ATN, un fondo creado con el 1% de la masa coparticipable y el 2% del impuesto al cheque que cada jefe de Gabinete reparte a gusto.

Para justificarse, el Gobierno exhibirá como una caricia su decisión de no bajar el 5% de las retenciones de soja, cuyo 30% es coparticipable. Por ahora, no parece suficiente. Los gobernadores piden 30 mil millones más.