El RENATRE anunció un nuevo aumento en la prestación por desempleo para los trabajadores rurales
Jujuy abajo en Indice de Desarrollo Humano
Sin embargo, como la información
disponible a nivel provincial es menos que la
disponible a nivel nacional, este índice —y los
que se presentarán en secciones siguientes— se
computan de otra forma.5 Por lo tanto, el índice
calculado a nivel provincial no es directamente
comparable con el IDH de Argentina, utilizado
para comparaciones internacionales.
Como se observa en el gráfico 1.5, las disparidades
entre jurisdicciones son bajas. En 2011,
la ciudad de Buenos Aires tuvo el desarrollo humano más alto, con un valor de 0,889 y una
distancia de 0,083 puntos de Formosa, el valor
más bajo, con 0,806. Nueve de las jurisdicciones
se ubicaron por encima del promedio
nacional, mientras que las restantes 15 tuvieron
valores inferiores. Las provincias del norte
y del noreste tuvieron los valores más bajos.
Cuando se considera la tendencia del IDH
entre 1996 y 2011, se observa en todas las
jurisdicciones una evolución positiva (gráfico
1.5). No obstante, los incrementos de sus
índices son dispares, tanto entre jurisdicciones
como en cada quinquenio (entre 1996 y 2001,
entre 2001 y 2006 y entre 2006 y 2011).
Así, Jujuy, Córdoba, La Pampa, Santa Cruz,
Salta y Entre Ríos registraron el mayor incremento
de desarrollo humano entre 1996 y
2011 (del 10% o más). Chaco, San Juan y la
ciudad de Buenos Aires, en cambio, registran
mejoras por debajo del promedio nacional,
aunque debe notarse que esta última tiene el
IDH más elevado, y por lo tanto un margen de
crecimiento menor que el de las provincias.
En la mayoría de las jurisdicciones el incremento
relativo más pronunciado del IDH se
registró en el último quinquenio, especialmente
en algunas provincias del norte.6 Asimismo, a lo
largo de los 15 años analizados se identifica una
reducción de la brecha entre la jurisdicción con
el mayor valor del IDH y la del menor valor, lo
que habla de una menor disparidad en el desarrollo
humano de las provincias argentinas.7
En la sección anterior se analizó la evolución
del Índice de Desarrollo Humano. Sin embargo,
este análisis nada dice sobre la igualdad en la
distribución del desarrollo. Usualmente, cuando
se hace referencia a la igualdad se habla de
distribución del ingreso. Desde el punto de vista
del desarrollo humano, esta definición no
alcanza, ya que el desarrollo humano es más
complejo y no siempre se presenta de forma
balanceada entre sus dimensiones. Por el contrario,
el desarrollo humano suele alcanzar
mayores niveles en una dimensión que en las
otras (por ejemplo, un país puede tener un alto
ingreso económico en detrimento de la salud de
su población). Asimismo, el desarrollo humano
también se caracteriza por ser desigual dentro
de cada dimensión (por ejemplo, la distribución
del ingreso entre personas, grupos sociales,
étnicos o de edad puede ser muy inequitativa,
como también pueden serlo el acceso a servicios
de salud o a la educación). Un análisis abarcador
del desarrollo humano debe considerar estas
dimensiones de la desigualdad.
Para tener una aproximación cuantitativa
del impacto de la desigualdad en el desarrollo
humano se computa el Índice de Desarrollo
Humano ajustado por Desigualdad (IDHD).
Este permite calcular la pérdida en desarrollo
humano debida a la distribución desigual
entre las tres dimensiones del IDH y dentro de
cada una de ellas. Se trata entonces de un
índice multidimensional.8
El gráfico 1.6 muestra cuánto se reduce el
IDH cuando se penaliza la desigualdad. La pérdida en el desarrollo humano debida a la
desigualdad alcanza el 4,9% en 2001, baja a
4,3% en 2006 y luego a 3,4% en 2011.9
Del gráfico se infieren dos conclusiones. En
primer lugar, que en Argentina el desarrollo
humano se dio en todo el período de manera
desigual. En segundo lugar, que luego de un
ligero aumento en el quinquenio 1996-2001,
hubo una tendencia a la disminución de la
desigualdad en el desarrollo humano, particularmente
en el quinquenio 2006-11.
¿Qué pasó con la desigualdad del desarrollo
humano a nivel provincial en los últimos 15
años? El cuadro 1.1 muestra la reducción
porcentual del IDH de las 24 jurisdicciones
del país al penalizarse por desigualdad. Casi
todos los distritos experimentaron un leve
aumento en la desigualdad entre 1996 y 2001
(excepto Chubut, Mendoza, San Luis y Santa
Cruz). No obstante, en 2006 y 2011 casi todas
las jurisdicciones muestran reducciones en la
desigualdad, por un mejor desempeño en el
componente de ingresos. En el último quinquenio
(2006-11) todos los distritos redujeron
la desigualdad. La mayoría de ellos, en magnitudes
mayores que en el quinquenio anterior.
¿Hay correlación entre el nivel de desarrollo
humano y el grado de desigualdad dentro
de cada provincia? El gráfico 1.7 sugiere que
sí. En el eje horizontal se representa el nivel
de desarrollo humano de cada provincia, y en
el vertical, el grado de desigualdad.
Desarrollo humano y desigualdad se mueven
en sentido inverso: a medida que el desarrollo
humano crece, la reducción porcentual al
penalizar por desigualdad tiende a disminuir.
Esta correlación también muestra algunos
patrones regionales: mientras las provincias del
noreste tienen los índices de desarrollo humano
más bajos y la desigualdad más alta, algunas
de las provincias patagónicas (Santa Cruz y
Tierra del Fuego) y la ciudad de Buenos Aires
se encuentran en la situación inversa: mayor
desarrollo humano y menor desigualdad.
En síntesis, el desarrollo humano en Argentina
ha sido desigual. Sin embargo, los
datos también sugieren que tanto a nivel
nacional como provincial la desigualdad del
desarrollo humano tendió a decrecer en el
período posterior a la crisis de 2001-02, un
dato alentador. Argentina se caracterizó
durante gran parte del siglo XX por ser la
sociedad más igualitaria de América Latina,
con sistemas de salud y educación y niveles de
ingreso y seguridad social que facilitaban una
movilidad social ascendente. Esto comenzó a
revertirse en el último cuarto del siglo XX,
especialmente como efecto de una sucesión
de experimentos macroeconómicos de
consecuencias catastróficas. Aún se está lejos
de recuperar aquellos niveles de igualdad y
aquella movilidad social, pero esto podría
cambiar si la tendencia de la última década se
mantiene y profundiza.
La desigualdad también se verifica en que
varones y mujeres tienen un acceso diferente
a las dimensiones básicas del desarrollo
humano. Para medirla se usa el Índice de
Desigualdad de Género (IDG).10 El gráfico 1.8
presenta el IDH y el IDG en 2011 para cada
provincia. La diferencia entre uno y otro
índice en cada una de las jurisdicciones es
poca, lo que significa que la brecha de oportunidades
entre mujeres y varones es baja. El
rango de la diferencia entre ambos índices
varía de 0,002 puntos o menos (en la ciudad
de Buenos Aires y Río Negro) a 0,009 puntos
(en San Luis y Catamarca). Esto se debe a que
las dimensiones de educación y salud favorecen
en casi todas las jurisdicciones a las
mujeres, que tienen una mayor esperanza de
vida y mayor nivel educativo. La dimensión
de ingreso, por el contrario, muestra siempre
un sesgo favorable a los varones.11
El desarrollo humano en la Argentina y en el
mundo ha seguido una trayectoria promedio
ascendente en las últimas décadas, aunque con
avances y retrocesos parciales. La trayectoria
del desarrollo humano en Argentina no ha sido
homogénea en todas sus dimensiones, ni en su
distribución entre las personas, o entre provincias
y regiones. Por ello, aunque su promedio
de largo plazo haya sido positivo, hubiera sido,
y es, mejorable en muchos aspectos.
Se plantea entonces la pregunta sobre los
retos futuros del desarrollo humano de
Argentina. ¿Qué oportunidades permitirían
un desarrollo humano mayor, y sobre todo
más equitativo? A nivel internacional soplan
fuertes vientos de transformación; el mundo
contemporáneo vive cambios permanentes y
cada vez más acelerados. En buena medida, el
desarrollo humano futuro del mundo y de
Argentina se derivarán de las tendencias
globales de cambio. De cómo cada país las
procese y, cuando sea pertinente, de cómo
cada país las aproveche.
Naciones Unidas – Programa Informe Nacional sobre Desarrollo Humano 2013