Rusia denunció una «guerra económica» lanzada por Washington después de que el presidente estadounidense Donald Trump promulgara el miércoles nuevas sanciones contra Moscú, por las sospechas de injerencia rusa en las elecciones presidenciales de Estados Unidos el año pasado. Esas sanciones reclamadas por el Congreso estadounidense son «una declaración de guerra económica total contra Rusia» y marcan «el final de las esperanzas rusas para una mejora de las relaciones con la nueva administración estadounidense», afirmó el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, en un mensaje en Facebook, el miércoles por la noche. Según él, «la administración Trump ha mostrado su debilidad total al ceder el poder ejecutivo al Congreso de la forma más humillante». «La clase dominante ha derrotado completamente a Trump», señaló Medvédev, que agregó que el tema de las nuevas sanciones a Rusia surgió, en primer lugar, para «poner en su sitio» al presidente estadounidense. Y vaticinó que Trump será sometido a nuevos ataques, «cuyo objetivo final es apartarle del poder». Mirá también Donald Trump firmó las sanciones contra Rusia Mirá también Donald Trump dictó la declaración de su hijo sobre la reunión con una abogada rusa Según Medvédev, la ley promulgada por Trump es mucho más dura que la enmienda Jackson-Vanik, aprobada en 1974 y que restringió el comercio con la Unión Soviética. El régimen de sanciones estadounidenses, agregó el primer ministro ruso, «durará decenios, si no se produce un milagro». «¿Qué significa esto para nosotros? Seguiremos trabajando tranquilamente en desarrollar nuestra economía y la esfera social (…) apoyándonos en nuestras propias fuerzas. Hemos aprendido a hacerlo en los últimos años», escribió. Mirá también Europa estudia represalias contra Estados Unidos por las nuevas sanciones a Rusia El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, se pronunció en el mismo sentido: «Vemos como miope, ilegítima y sin perspectivas esa política de sanciones y por ello, naturalmente, los países que nos hemos visto afectados por semejante arbitrariedad, estamos dispuestos a defender nuestros intereses y vamos a hacerlo». Y subrayó que la intención de Rusia de proteger sus intereses «no debe dejar ningún lugar a dudas». El diario popular Komsomolskaia Pravda hizo la misma interpretación que Medvedev: «Ya no se trata de sanciones», escribió, «sino de saber quién es el verdadero amo de la casa en Washington». Trump promulgó el miércoles las nuevas sanciones económicas contra Rusia, aunque con reservas y críticas al texto, al que señaló como «muy imperfecto». En su opinión, la medida dificulta su intención de mejorar las relaciones con Moscú. Los congresistas estadounidenses adoptaron esas sanciones por una amplia mayoría la semana pasada, y Trump decidió acatar su decisión, ya que el Congreso podría haber sorteado su veto fácilmente al lograr dos tercios de los votos a favor de la ley en ambas cámaras. «Al limitar el margen de maniobra del ejecutivo, esta ley pone trabas a la capacidad de Estados Unidos de cerrar buenos acuerdos para el pueblo estadounidense y va a acercar a China, Rusia y Corea del Norte», declaró Trump. Este jueves, el jefe de la Casa Blanca volvió a referirse al tema en Twitter: «Nuestra relación con Rusia está en su punto más bajo y peligroso de todos los tiempos. Pueden agradecerle al Congreso, la misma gente que ni siquiera puede darnos Cuidado de Salud!», escribió. Las nuevas sanciones, que afectan sobre todo al sector energético ruso, castigan a Moscú por las sospechas de injerencia rusa en las elecciones presidenciales estadounidenses, así como por la anexión de Crimea y su actitud en el este de Ucrania, donde, según varios países occidentales, ayuda a los separatistas enfrentados al Gobierno de Kiev. La ley exige a la Casa Blanca que aplique nuevas sanciones contra rusos que según el gobierno estadounidense estén implicados en cibertaques, actividades subversivas en Europa, actos de corrupción, violaciones a los derechos humanos o incluso venta de armas a Siria. Las medidas también alcanzan el sector energético. Rusia denunció una medida «peligrosa que podría minar la estabilidad» en el mundo y no descartó «otras medidas de retorsión». La ley también impone nuevas sanciones contra Irán y Corea del Norte. El enfrentamiento entre Moscú y Washington viene escalando desde hace varios días. El viernes, antes incluso de que Trump firmara la ley, Rusia ya había anunciado una reducción drástica de la presencia diplomática estadounidense en su territorio. A partir del 1 de septiembre, Washington deberá disminuir en dos tercios el personal de su embajada y de sus consulados. La llegada de Trump a la Casa Blanca había dejado entrever una posible mejora de las relaciones entre Washington y Moscú que no llegó a concretarse, sobre todo después de las acusaciones de injerencia rusa en las elecciones estadounidenses y de las sospechas de complicidad entre el equipo del candidato Trump y Moscú. Fuente: agencias

 Rusia denunció una «guerra económica» lanzada por Washington después de que el presidente estadounidense Donald Trump promulgara el miércoles nuevas sanciones contra Moscú, por las sospechas de injerencia rusa en las elecciones presidenciales de Estados Unidos el año pasado.  Esas sanciones reclamadas por el Congreso estadounidense son «una declaración de guerra económica total contra Rusia» y marcan «el final de las esperanzas rusas para una mejora de las relaciones con la nueva administración estadounidense», afirmó el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, en un mensaje en Facebook, el miércoles por la noche.  Según él, «la administración Trump ha mostrado su debilidad total al ceder el poder ejecutivo al Congreso de la forma más humillante».  «La clase dominante ha derrotado completamente a Trump», señaló Medvédev, que agregó que el tema de las nuevas sanciones a Rusia surgió, en primer lugar, para «poner en su sitio» al presidente estadounidense. Y vaticinó que Trump será sometido a nuevos ataques, «cuyo objetivo final es apartarle del poder». Mirá también Donald Trump firmó las sanciones contra Rusia Mirá también Donald Trump dictó la declaración de su hijo sobre la reunión con una abogada rusa  Según Medvédev, la ley promulgada por Trump es mucho más dura que la enmienda Jackson-Vanik, aprobada en 1974 y que restringió el comercio con la Unión Soviética. El régimen de sanciones estadounidenses, agregó el primer ministro ruso, «durará decenios, si no se produce un milagro».  «¿Qué significa esto para nosotros? Seguiremos trabajando tranquilamente en desarrollar nuestra economía y la esfera social (…) apoyándonos en nuestras propias fuerzas. Hemos aprendido a hacerlo en los últimos años», escribió. Mirá también Europa estudia represalias contra Estados Unidos por las nuevas sanciones a Rusia  El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, se pronunció en el mismo sentido: «Vemos como miope, ilegítima y sin perspectivas esa política de sanciones y por ello, naturalmente, los países que nos hemos visto afectados por semejante arbitrariedad, estamos dispuestos a defender nuestros intereses y vamos a hacerlo». Y subrayó que la intención de Rusia de proteger sus intereses «no debe dejar ningún lugar a dudas».   El diario popular Komsomolskaia Pravda hizo la misma interpretación que Medvedev: «Ya no se trata de sanciones», escribió, «sino de saber quién es el verdadero amo de la casa en Washington».  Trump promulgó el miércoles las nuevas sanciones económicas contra Rusia, aunque con reservas y críticas al texto, al que señaló como «muy imperfecto». En su opinión, la medida dificulta su intención de mejorar las relaciones con Moscú.  Los congresistas estadounidenses adoptaron esas sanciones por una amplia mayoría la semana pasada, y Trump decidió acatar su decisión, ya que el Congreso podría haber sorteado su veto fácilmente al lograr dos tercios de los votos a favor de la ley en ambas cámaras.  «Al limitar el margen de maniobra del ejecutivo, esta ley pone trabas a la capacidad de Estados Unidos de cerrar buenos acuerdos para el pueblo estadounidense y va a acercar a China, Rusia y Corea del Norte», declaró Trump.  Este jueves, el jefe de la Casa Blanca volvió a referirse al tema en Twitter: «Nuestra relación con Rusia está en su punto más bajo y peligroso de todos los tiempos. Pueden agradecerle al Congreso, la misma gente que ni siquiera puede darnos Cuidado de Salud!», escribió.  Las nuevas sanciones, que afectan sobre todo al sector energético ruso, castigan a Moscú por las sospechas de injerencia rusa en las elecciones presidenciales estadounidenses, así como por la anexión de Crimea y su actitud en el este de Ucrania, donde, según varios países occidentales, ayuda a los separatistas enfrentados al Gobierno de Kiev.  La ley exige a la Casa Blanca que aplique nuevas sanciones contra rusos que según el gobierno estadounidense estén implicados en cibertaques, actividades subversivas en Europa, actos de corrupción, violaciones a los derechos humanos o incluso venta de armas a Siria. Las medidas también alcanzan el sector energético.  Rusia denunció una medida «peligrosa que podría minar la estabilidad» en el mundo y no descartó «otras medidas de retorsión».  La ley también impone nuevas sanciones contra Irán y Corea del Norte.  El enfrentamiento entre Moscú y Washington viene escalando desde hace varios días. El viernes, antes incluso de que Trump firmara la ley, Rusia ya había anunciado una reducción drástica de la presencia diplomática estadounidense en su territorio. A partir del 1 de septiembre, Washington deberá disminuir en dos tercios el personal de su embajada y de sus consulados.  La llegada de Trump a la Casa Blanca había dejado entrever una posible mejora de las relaciones entre Washington y Moscú que no llegó a concretarse, sobre todo después de las acusaciones de injerencia rusa en las elecciones estadounidenses y de las sospechas de complicidad entre el equipo del candidato Trump y Moscú.  Fuente: agencias

Clarin // Rusia denunció una «guerra económica» lanzada por Washington después de que el presidente estadounidense Donald Trump promulgara el miércoles nuevas sanciones contra Moscú, por las sospechas de injerencia rusa en las elecciones presidenciales de Estados Unidos el año pasado.

Esas sanciones reclamadas por el Congreso estadounidense son «una declaración de guerra económica total contra Rusia» y marcan «el final de las esperanzas rusas para una mejora de las relaciones con la nueva administración estadounidense», afirmó el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, en un mensaje en Facebook, el miércoles por la noche.

Según él, «la administración Trump ha mostrado su debilidad total al ceder el poder ejecutivo al Congreso de la forma más humillante».

«La clase dominante ha derrotado completamente a Trump», señaló Medvédev, que agregó que el tema de las nuevas sanciones a Rusia surgió, en primer lugar, para «poner en su sitio» al presidente estadounidense. Y vaticinó que Trump será sometido a nuevos ataques, «cuyo objetivo final es apartarle del poder».

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Según Medvédev, la ley promulgada por Trump es mucho más dura que la enmienda Jackson-Vanik, aprobada en 1974 y que restringió el comercio con la Unión Soviética. El régimen de sanciones estadounidenses, agregó el primer ministro ruso, «durará decenios, si no se produce un milagro».

«¿Qué significa esto para nosotros? Seguiremos trabajando tranquilamente en desarrollar nuestra economía y la esfera social (…) apoyándonos en nuestras propias fuerzas. Hemos aprendido a hacerlo en los últimos años», escribió.

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Europa estudia represalias contra Estados Unidos por las nuevas sanciones a Rusia

El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, se pronunció en el mismo sentido: «Vemos como miope, ilegítima y sin perspectivas esa política de sanciones y por ello, naturalmente, los países que nos hemos visto afectados por semejante arbitrariedad, estamos dispuestos a defender nuestros intereses y vamos a hacerlo«. Y subrayó que la intención de Rusia de proteger sus intereses «no debe dejar ningún lugar a dudas».

El diario popular Komsomolskaia Pravda hizo la misma interpretación que Medvedev: «Ya no se trata de sanciones», escribió, «sino de saber quién es el verdadero amo de la casa en Washington».

Trump promulgó el miércoles las nuevas sanciones económicas contra Rusia, aunque con reservas y críticas al texto, al que señaló como «muy imperfecto». En su opinión, la medida dificulta su intención de mejorar las relaciones con Moscú.

Los congresistas estadounidenses adoptaron esas sanciones por una amplia mayoría la semana pasada, y Trump decidió acatar su decisión, ya que el Congreso podría haber sorteado su veto fácilmente al lograr dos tercios de los votos a favor de la ley en ambas cámaras.

«Al limitar el margen de maniobra del ejecutivo, esta ley pone trabas a la capacidad de Estados Unidos de cerrar buenos acuerdos para el pueblo estadounidense y va a acercar a China, Rusia y Corea del Norte», declaró Trump.

Este jueves, el jefe de la Casa Blanca volvió a referirse al tema en Twitter: «Nuestra relación con Rusia está en su punto más bajo y peligroso de todos los tiempos. Pueden agradecerle al Congreso, la misma gente que ni siquiera puede darnos Cuidado de Salud!», escribió.

Las nuevas sanciones, que afectan sobre todo al sector energético ruso, castigan a Moscú por las sospechas de injerencia rusa en las elecciones presidenciales estadounidenses, así como por la anexión de Crimea y su actitud en el este de Ucrania, donde, según varios países occidentales, ayuda a los separatistas enfrentados al Gobierno de Kiev.

La ley exige a la Casa Blanca que aplique nuevas sanciones contra rusos que según el gobierno estadounidense estén implicados en cibertaques, actividades subversivas en Europa, actos de corrupción, violaciones a los derechos humanos o incluso venta de armas a Siria. Las medidas también alcanzan el sector energético.

Rusia denunció una medida «peligrosa que podría minar la estabilidad» en el mundo y no descartó «otras medidas de retorsión».

La ley también impone nuevas sanciones contra Irán y Corea del Norte.

El enfrentamiento entre Moscú y Washington viene escalando desde hace varios días. El viernes, antes incluso de que Trump firmara la ley, Rusia ya había anunciado una reducción drástica de la presencia diplomática estadounidense en su territorio. A partir del 1 de septiembre, Washington deberá disminuir en dos tercios el personal de su embajada y de sus consulados.

La llegada de Trump a la Casa Blanca había dejado entrever una posible mejora de las relaciones entre Washington y Moscú que no llegó a concretarse, sobre todo después de las acusaciones de injerencia rusa en las elecciones estadounidenses y de las sospechas de complicidad entre el equipo del candidato Trump y Moscú.

Fuente: agencias

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