China y la nueva Ruta de la Seda: el plan de 100 años para desplazar a EEUU como primera potencia

 China y la nueva Ruta de la Seda: el plan de 100 años para desplazar a EEUU como primera potencia

Beijing tiene un plan a muy largo plazo iniciado en 1955, poco después de la creación de la República Popular. Un país que pasó de ser pobre y subdesarrollado a aspirar ocupar el primer puesto en el mundo.

Por Marcelo Izquierdo // Lejos de planes viciados con campañas electorales a corto plazo, China se fijó hace varias décadas una meta bien precisa: convertirse en 2049 en la primera potencia global.

La fecha no es caprichosa. Ese año se festejará el centenario de la República Popular China surgida tras la revolución comandada por Mao Tse Tung. Y en este último tramo que le toca transitar, se propuso construir una autopista de crecimiento que lo impulse hacia su objetivo final: la nueva Ruta de la Seda.

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En este último recorrido el presidente Xi Jinpingapunta a convertir a su país en una “nación socialista moderna” en 2035 y en una gran potencia “fuerte y próspera” en 2049, que reemplace el actual predominio global de los Estados Unidos.

Nada mal si se tiene en cuenta que hace apenas 30 años China era considerada una nación pobre y subdesarrollada.

“La idea es clara: ellos dicen ´hoy somos la nación en vías de desarrollo más importante del mundo, pero para 2049 vamos a ser la principal potencia del mundo´. Y no son mentiras”, resumió a TN el exembajador argentino en Beijing Diego Guelar.

China primera potencia, un plan que comenzó a elaborarse en 1955

China viene pensando en apropiarse del liderazgo económico mundial hace casi 70 años. Poco después del triunfo de la Revolución comunista lograda tras las cenizas de la II Guerra Mundial y la caída del imperio japonés, Beijing elaboró en 1955 un programa secreto. Su objetivo estaba guardado bajo siete llaves: desplazar a los Estados Unidos como potencia global.

No importaron los tiempos. La paciencia china es reconocida en el mundo entero. Un viejo proverbio local afirma que “un viaje de mil millas comienza bajo tus pies”. Y aquel año, con un país devastado por la guerra y la pobreza, China empezó a andar. Hoy solo le quedan 27 años para llegar a esa meta.

Esta vieja idea fue expuesta por un antiguo funcionario del Pentágono especializado en el mundo chino, Michael Pillsbury, en su libro “The Hundred Year Maraton” (”El Maratón de los cien años”).

Un enorme cartel de Mao Tse Tung decora los festejos por los 100 años del Partido Comunista Chino (Foto:REUTERS/Carlos Garcia Rawlins)
Un enorme cartel de Mao Tse Tung decora los festejos por los 100 años del Partido Comunista Chino (Foto:REUTERS/Carlos Garcia Rawlins)Por: REUTERS

Pillsbury es el actual director del Centro de Estrategia China del Instituto Hudson. En el pasadotrabajó como consultor sobre política e inteligencia china en varios gobiernos norteamericanos, desde la presidencia de Richard Nixon.

Según su libro, el programa estratégico chino fue lanzado por Mao Tse Tung en 1955. A lo largo de su investigación, el analista estadounidense entrevistó a decenas de desertores chinos que detallaron los planes de “lo que ellos llaman el maratón de los 100 años”.

Para Pillsbury, las agencias de inteligencia norteamericanas subestimaron durante décadas la influencia y el poder de China. Pero toda su estrategia, según advirtió, apunta a lograr el dominio de la economía mundial cuando se cumpla el centenario de la creación de la República Popular.

Una nueva era que entierre en forma definitiva “el siglo de la vergüenza”

China se observa a sí misma como heredera de una civilización milenaria. No por nada hasta el siglo XVI era líder en distintas áreas, en especial en cultura y ciencias. Pero todo se derrumbó en el llamado “siglo de la vergüenza” cuando Inglaterra le impuso por las armas la apertura de sus puertos al opio y la entrega de Hong Kong.

El país pasó de controlar el 30% del comercio mundial a apenas el 5% en 1950.

Los planes para una nueva China
Los planes para una nueva China

Hoy, China vive una especie de capitalismo de Estado bajo el férreo control del Partido Comunista. La estrategia es simple: con una mano digita el mundo de los negocios y con la otra ahoga cualquier intento de apertura democrática occidental, encarcela a disidentes y mantiene a raya a la sociedad desde la rebelión de la Plaza Tiananmen en 1989 que concluyó con cientos de muertos, según distintas fuentes chinas.

El rol de la nueva “Ruta de la Seda” en el plan de 100 años

La nueva Ruta de la Seda pretende emular la red de intercambios que China organizó desde el siglo I A.C en base al comercio de la seda Entonces se extendía por gran parte de Asia y llegaba hasta Europa y África.

Hoy, la iniciativa busca impulsar la cooperación y la conectividad mundial a través de dos componentes principales: uno terrestre (la “Franja Económica de la Ruta de la Seda”) y otro transoceánico (la “Ruta Marítima de la Seda”).

Este megaproyecto estimula el comercio y la extensión de la influencia global china. Se trata en concreto de una ambiciosa red de infraestructuras repartida por los cinco continentes. Su costo es millonario: se habla de hasta un billón de dólares.

Pero no es solo eso: es un plan estratégico a largo plazo de ramificaciones geopolíticas y económicas visto por sus detractores como un instrumento de dominación y por sus adherentes como un nuevo Plan Marshall como elque reflotó a la devastada Europa tras la II Guerra Mundial.

La idea fue lanzada en 2013 por el presidente Xi Jinping y abarcaba solo a proyectos estructurales con los países vecinos. Hoy, más de 100 países de todo el mundo adhirieron a este proyecto, incluida la Argentina.

La adhesión argentina firmada durante el reciente viaje de Alberto Fernández a Beijing contempla financiamiento para obras por más de US$23.700 millones en dos tramos. Uno ya aprobado por US$14 mil millones y otro por US$9700 millones que la Argentina presentará en el Grupo Ad Hoc creado entre ambos países para iniciar el trabajo.

“Hay que pensar que la ofensiva china es muy fuerte en toda la región. Hoy China es el principal socio en el mundo de Chile, Uruguay y Brasil. Y el segundo para la Argentina. Hoy 135 países tienen a China como su principal socio comercial y en esa lista el primero es Estados Unidos”, dijo Guelar.

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La nueva ruta se extiende por todas las áreas, desde comerciales, financieras, tecnológicas, de seguridad y hasta culturales. Cualquier proyecto suma: carreteras, rutas ferroviarias, puertos, aeropuertos, infraestructuras de transporte, comercio electrónico, agricultura, energía… La lista es tan interminable como la chequera china.

Cuál es la reacción de los Estados Unidos a la nueva Ruta de la Seda

Desde Washington, el megaproyecto chino es visto con suma desconfianza en momentos en que ambos países llevan adelante una guerra comercial abierta. “Para los Estados Unidos esto es una pesadilla. Hoy está a la defensiva porque no puede seguir el tren de la ofensiva china a nivel de crédito e inversiones”, afirmó Guelar en su diálogo con TN.

Para contrarrestar la creciente influencia china en el mundo, el presidente Joe Biden llegó a proponer en marzo de 2020 la creación de una iniciativa para competir con los multimillonarios proyectos de infraestructura financiados por Beijing y que incluya solo a los estados democráticos. “Pero el Banco de Inversiones asiático que nació hace 5 años tiene mas cartera que el Banco Mundial”, dijo el exdiplomático.

Desde Washington advierten que las naciones que se sumen a la nueva Ruta de la Seda caerán en un engaño. Contratos poco claros y la entrega de bienes estratégicos conforman un riesgoso combo a futuro que -según dicen en la Casa Blanca- terminarán de caerse bajo el peso de una deuda impagable.

La publicación especializada Geopolitical Monitor bautizó este problema como “la trampa de la deuda”. Y cita como ejemplo a Sri Lanka, que entregó un puerto marítimo a China al verse impedido de pagar el préstamo para su construcción. Esta situación, según advirtió un informe, podría repetirse en Kenia, Zambia, Tanzania y Malasia, que ya suspendió préstamos por 22 mil millones de dólares.

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