En DNU de Milei en el umbral de otro fracaso

 En DNU de Milei en el umbral de otro fracaso

La presión para sesionar empezó a crecer y los libertarios intentan ganar más tiempo. Hay dudas en el Senado sobre los votos para bloquear el rechazo.

Por Pedro Sieira // El tratamiento del llamado «mega DNU» del presidente Javier Milei por parte del Congreso es un tema pendiente, con el cual el kirchnerismo presiona en el Senado a través de reiterados pedidos para convocar a una sesión especial que la vicepresidenta Victoria Villarruel pudo demorar hasta ahora, aunque la cuenta regresiva empezó a correr y el panorama para el oficialismo no es el mejor.

El decreto de necesidad y urgencia 70/2023 con el que Milei arrancó su gobierno entró al Congreso el 5 de enero. La Comisión Bicameral de Trámite Legislativo que debe tratarlo tenía un plazo de 10 días para ello, pero ni siquiera está constituida, debido a que la Cámara de Diputados que encabeza Martín Menem demora la designación de sus miembros por un desacuerdo con el kirchnerismo.

Ocurre que la ley que regula a los DNU establece que una vez cumplido ese plazo cualquiera de las cámaras puede someterlo directamente a votación en el recinto. En eso se basa el pedido de sesión que presentó Unión por la Patria, que es la primera minoría del Senado con 33 de los 72 votos, y sobre el cual insiste casi a diario mientras Villarruel resiste.

Ahora, fuentes del oficialismo y de la oposición del Senado consultadas por iProfesional coincidieron en que la convocatoria a esa sesión podría aparecer de un momento a otro. Esto se debería a que la resistencia empieza a ceder porque incluso entre los aliados que Villarruel logró conseguir corre por lo bajo el reclamo para encontrarle una solución al tema. Sin embargo, todavía le queda como camino posible para ganar más tiempo la posibilidad de armar tardíamente la Comisión Bicameral.

El mega DNU, en cuenta regresiva: ¿cómo maniobra el oficialismo?

Lo que eleva las posibilidad de llamar a esa sesión es que en el oficialismo esperan que Milei prorrogue las sesiones extraordinarias que finalizan este 15 de febrero con el fin de que el Senado pueda tratar el proyecto que modifica la legislación sobre prevención y persecución del lavado de activos, una exigencia del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), según señalaron a iProfesional fuentes de La Libertad Avanza.

La prórroga dejaría a Villarruel sin más margen para evitar la convocaria a la sesión que reclama el kirchnerismo. A ello se suma que este miércoles Menem apuró al bloque de diputados de Unión por la Patria para que desistan de la pretensión de nombrar cuatro de los ocho representantes que le corresponden a la Cámara baja en la Bicameral. Es decir, se prepara para dar lugar a la demorada conformación de esa comisión para que empiece el debate sobre el «mega DNU».

El pedido para que se conforme la Bicameral sin más demoras fue impulsado en los últimos días por la UCR que preside el senador Martín Lousteau, mediante una nota formal que el Comité Nacional del partido le envió a Menem. Sin embargo, es aquí donde empieza una pelea palaciega en la que el oficialismo intenta evitar una nueva derrota política tras la caída de la Ley ómnibus, mientras el resto de los sectores se desconfían entre sí.

Los senadores del kirchnerismo remarcaron que la solicitud de la UCR es una «maniobra dilatoria» que «resulta funcional» a la estrategia de mantener el DNU en vigencia, porque los plazos están cumplidos y el decreto debería ponerse a votación en el recinto.

En tanto, en un sector del radicalismo y también en la Coalición Cívica corría hasta ahora la sospecha de que la demora en la integración de la Bicameral obedecía a «un pacto subterráneo entre el kirchnerismo y los libertarios», según deslizaron a iProfesional fuentes de ese espacio que, sin embargo, nunca precisaron cuál sería el objetivo del presunto acuerdo.

Por qué se complicó el panorama para el Gobierno en el Senado

El oficialismo intenta maniobrar en ese contexto político para mantener la vigencia del DNU. El sometimiento a un debate en la Comisión Bicameral le ahorraría a Villarruel la ingrata tarea de tener que llamar a la sesión que reclama el kirchnerismo sin tener hoy los votos asegurados para evitar que el decreto sufra un rechazo, algo que en el Senado hoy se ve como una posibilidad cierta.

Para que un DNU quede sin efecto debe ser rechazado por las dos cámaras del Congreso. Mientras eso no ocurra, sigue vigente. Sin embargo, el rechazo de una sola cámara tendría un impacto político inocultable para el Gobierno de Milei, que viene de tener que archivar la Ley ómnibus por no haber contado con los votos suficientes en la Cámara de Diputados.

En el Senado, las fuentes consultadas por este medio deslizaron que «hoy no está claro que el oficialismo pueda evitar un rechazo» en el recinto debido a la fuerte pelea que desató Milei con los gobernadores de todos los signos políticos. Varios senadores de la oposición no kirchnerista ya empezaron a adelantar su voto en contra del «mega DNU».

Incluso en el bloque del PRO que encabeza Luis Juez y que hoy es el sector político más cercano al oficialismo hay posturas dividas. Los gobernadores de ese partido, como el chubutense Ignacion Torres, también están enfrentados hoy con la Rosada por el recorte de fondos. Algunos senadores de esa bancada prefieren que el decreto directamente no llegue a una votación para que el Gobierno no sufra otra derrota legislativa tras lo que pasó con la Ley ómnibus, según supo este medio.

Voto a voto: ¿el oficialismo puede evitar una nueva derrota?

En el Senado creen que, así como el kirchnerismo no tenía asegurados los votos para rechazar el DNU cuando pidió convocar a una sesión, hoy es la La Libertad Avanza quien tendría dificultades para blindarlo y evitar un revés.

Un operador parlamentario con sobrada experiencia en la Cámara alta consideró ante iProfesional que el oficialismo podría haberse «sacado el tema de encima hace dos semanas, en el momento en que la relación del Gobierno con el interior no era tan conflictiva como ahora».

«Si convocaba en ese momento, solo bajaban los K, pero en las últimas semanas el Gobierno fue una máquina de ponerse en contra a los que no son ultra opositores y ahora no se sabe si va a tener los votos para aprobarlo», evalúa la fuente. En efecto, hoy en el Senado hay más legisladores dispuestos a votar en contra, aunque queden en la misma vereda del kirchnerismo.

En el bloque Unidad Federal, que tiene 3 votos, el entrerriano Edgardo Kueider considera que el DNU es inconstitucional. Días atrás, la senadora rionegrina Mónica Silva que responde al gobernador Alberto Weretilneck anticipó que votaría en contra si se diera la oportunidad y los dos senadores del oficialismo misionero están alineados con Hugo Passalacqua, uno de los apuntados por el gobierno de Milei en la lista de «traidores».

Con eso, los 33 votos negativos de Unión por la Patria podrían estirarse a 37 y propinarle un primer golpe político al DNU. Ciertamente las voluntades políticas en el nuevo contexto son muy cambiantes y por ello no hay resultados seguros, pero también se destaca que en la UCR hay un malestar creciente con Milei y que Lousteau, presidente del partido y senador nacional, avisó que está «en contra» del decreto por considerar que su contenido es «inconstitucional».

En este sentido, la eventual constitución de la Comisión Bicameral aparece como la mejor alternativa para que el oficialismo dilate un poco más el tratamiento del «mega DNU» de Javier Milei e intente construir mientras tanto una mayoría suficiente para evite el rechazo en al menos en una de las dos cámaras del Congreso.

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