Massa descongela hoy el dólar oficial, el que más impacta en la inflación

 Massa descongela hoy el dólar oficial, el que más impacta en la inflación

A partir de hoy se descongela el dólar oficial, el que rige para exportaciones e importaciones, y comienza a subir de forma gradual. El tipo de cambio oficial minorista estuvo congelado a $365 y habrá que ver si sube a $368 o $369.

Tras las primarias del 13 de agosto y por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, elevó al día siguiente el tipo de cambio mayorista de $287 a $350 y lo mantuvo congelado por dos meses. A principios de noviembre comenzó a anticipar qué sucedería cuando terminara el freezer. En una entrevista con el periodista Luis Majul, quien le preguntó si el dólar oficial saltaría tras la segunda vuelta electoral, Massa respondió que el 15 de noviembre, es decir, este miércoles, retomaría el «crawling peg», es decir, las microdevaluaciones diarias del peso, y que la moneda norteamericana se incrementaría de $350 a $353,53.

A mediados de octubre, el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, había ofrecido ya una pista de lo que sucedería con la divisa. En ese momento le respondió al entonces asesor económico de Patricia Bullrich, Carlos Melconian, que alertaba que el dólar oficial se iba a ir a $500 tras la primera vuelta del 22 de octubre. Rubinstein le contestó por la red X que no había leído el último acuerdo con el FMI donde decía que el 15 de noviembre se retomarían las devaluaciones, pero aclaró que sería sólo del 3% mensual. O sea, subiría muy por debajo de la inflación, que en octubre fue del 8,3% y que se teme mayor en noviembre. Un 3% implicaría incrementar el mayorista a sólo $360,50 y el minorista, a $375,95. Es decir, un nivel insuficiente para solucionar el atraso cambiario que hay y apuntar a la «competitividad cambiaria» que prometió Massa en el debate presidencial del pasado domingo.

Para eso usamos el llamado tipo de cambio real (ajustado por inflación) multilateral (en relación al dólar, el real, el yuan y el euro, es decir, con las monedas de los países y regiones con los que la Argentina más comercia), el TCRM. Es un número con base 100 al día 17 de diciembre de 2015, cuando Mauricio Macri eliminó el cepo cambiario y se devaluó el peso sobrevalorado en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Es un indicador que elabora el Banco Central. Ahora está en 84. Es decir, que el peso oficial está tan apreciado como en 2017, cuando Macri y su entonces presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, lo dejaron subir hasta que derrapó en 2018. Sturzenegger suena ahora como eventual ministro de Economía de Javier Milei. Es que la apreciación cambiaria suele rendir electoralmente porque la gente piensa que gana más dólares, pero un día esa fantasía estalla.

Además, el dólar bajo desalienta la exportación y fomenta la importación, más allá de que ahora está frenada por la falta de reservas del Central, un límite por cantidad, no por precio. También Cristina Kirchner había tenido un peso tan y más sobrevalorado que ahora en 2015, cuando el TCRM llegó a 76. El populismo cambiario no distingue ideologías y sirve para ganar o emparejar elecciones, pero no para el desarrollo económico. Estuvo en 69 en diciembre de 2001, cuando gobernaba Fernando de la Rúa y su ministro de Economía, Domingo Cavallo, un mes antes de estallar el uno a uno entre el peso y el dólar, la llamada convertibilidad.

Los exportadores esperan un salto cambiario, aunque eso también tiene su impacto negativo inicial porque encarece los alimentos y eleva aún más la pobreza, que afecta al 40% de la población. Los que venden afuera y traen divisas al país están recibiendo entre la primera y la segunda vuelta un dólar especial a $524 porque deben liquidar el 70% al tipo de cambio oficial y 30% al MEP (Mercado Electrónico de Pagos, a $875). Pero a partir del martes próximo, tras el feriado, volverán a cobrar al oficial. La pregunta que muchos analistas y operadores bursátiles se formulan es si el martes saltará o no. Depende de quién gane las elecciones entre dos modelos bien distintos y de qué quiera hacer quien triunfe.

Pero el dólar para los exportadores no sólo es clave para ellos y para las alicaídas reservas del Central sino también impacta en los precios de los productos que consumimos en la Argentina y que son derivados de commodities, materias primas con cotización en dólares. Por ejemplo, la harina, los fideos, el pan, la pizza, el aceite comestible, la carne vacuna o el pollo (los animales comen maíz y soja) o la nafta y el gasoil.

El tipo de cambio oficial también influye en las importaciones. Porque se pagan a ese dólar más el impuesto PAÍS con una alícuota del 7,5%. Es decir, el dólar minorista importador es $395. Eso impacta en la compra externa de bienes de consumo y autos, pero también en insumos, maquinaria o combustible. O sea, cualquier movimiento brusco tiene efecto en la inflación. No por nada, el índice de precios al consumidor (IPC) estaba alta antes de la devaluación de agosto, al 6% en julio, y era afectado por los saltos de los dólares paralelos, pero cuando subió fuerte el oficial tras las primarias, un 22%, entonces el IPC se duplicó al 12%. Pese a que hay muchos precios que se están fijando al blue o contado con liquidación (CCL) porque ya no hay dólares para importar al oficial o por las costumbres argentinas, todavía el tipo de cambio que hoy saltará de $350 a $355 tiene más influencia sobre los precios en general.

AR/MG

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