«Quedó claro» El camino del gobierno para frenar la inflación es con caída de salarios y de la actividad

 «Quedó claro» El camino del gobierno para frenar la inflación es con caída de salarios y de la actividad

Todavía dura la sorpresa con que el ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo, cerró la semana luego de que se dilatarán los tiempos iniciales para el tratamiento de la llamada “Ley Ómnibus” con que el gobierno plantea una serie de reformas del Estado y estructurales para el funcionamiento no sólo del sector público, como del privado.

En una conferencia que duró menos de 20 minutos Caputo explicó que retiraron el capítulo fiscal de la ley para agilizar el debate y aprobación del resto del paquete. Tras una marcha y paro general de la CGT y el repudio de los gobernadores ante los dichos, primero del vocero presidencial, luego de Caputo y finalmente del propio Milei de que dejarían “sin un peso” a las provincias la decisión de quitar del tratamiento legislativo aspectos medulares para la gestión económica no puede verse sino como un fracaso. O al menos un movimiento de impericia política de dimensiones incalculables.

No sólo por todas las lecturas políticas que desprende ver a un gobierno que asegura que no negocia ni cede, y que finalmente vuelve sobre sus pasos y quita reformas centrales que estaba buscando. Sino también porque la decisión de no poner en debate legislativo esas reformas tendrá enormes costos fiscales y será muy oneroso de cara al camino de la meta de déficit 0% que enarbolan los libertarios.

Y es que el trayecto hacia la reducción de déficit tenía dos grandes vertientes: un ajuste y licuación del gasto público vía reducción de estructuras, de partidas, de obra pública y de subsidios –aún no se conoce el calibre de esta medida- y, por otro lado, un incremento de los ingresos. A ello apuntaban una serie de medidas que hoy quedaron en la banquina y que se eliminaron como el lastre de un barco que salió muy pesado de su puerto. Caputo y su equipo ya no contarán, al menos en el corto plazo, con ingresos vía:

-Moratoria y blanqueo de capitales

-Aumento de las retenciones

-Adelanto de bienes personales

-Restauración del pago del impuesto a las Ganancias para categorías que dejaron de abonarlo.

También decidió quitar cualquier modificación en la fórmula de actualización para las jubilaciones. Así, el camino para el déficit cero se queda con la parte del ajuste y perdió, a priori, su vertiente de ingresos.

¿Cómo sigue la macro? En paralelo al tratamiento de la Ley de Bases que seguiría el martes, ahora con mayor posibilidad de contar con el apoyo de los bloques y gobernadores dialoguistas, en el mercado ya se empezaron a trazar los escenarios para lo que viene. Con foco en dos aspectos particulares: la realidad del frente cambiario y el rostro que puede mostrar la actividad económica en los próximos años.

En un encuentro virtual para sus clientes, la firma Cohen Inversiones analizó algunas de estas cuestiones. Allí se planteó que lo que más debe preocupar al gobierno nacional y a las provincias y municipios es el impacto que va a tener la recesión sobre la actividad y el nivel de recaudación. En esa línea, desde Cohen estiman que por menor actividad están previendo una caída de los ingresos públicos vía recaudación de 1,2 puntos del PBI.

“Sería una muy buena noticia que el gobierno logre un superávit primario, sería inédito pasar de -2,7 de déficit en 2023 a +0,8 en 2024 sería algo histórico, aunque no creemos que el gobierno logre el objetivo del equilibrio fiscal global para todo este año, ya que para eso debería ajustar otros 3 puntos más de PBI, algo muy improbable”.

Su investigador Jefe, Martín Polo, apuntó: “Donde hay buenas noticias es en el frente externo. El Banco Central está comprando cerca de US$ 180 millones por día desde que hizo el salto cambiario, cuando venía vendiendo dólares todos los días previamente. Lo que estamos viendo como novedoso ahora es que antes traía dólares el agro, ahora hay muchos sectores que están trayendo más dólares de los que están demandando, por eso el Banco Central sigue comprando dólares. El derrumbe del pago de las importaciones tiene varias explicaciones, por ejemplo, el nuevo esquema de pago en cuotas. Con la caída del nivel de actividad las importaciones van a caer y eso quita presión a las reservas y se puede llegar al objetivo de acumular US$8.000 millones de reservas este año”.

Así, en materia cambiaria va a seguir el veranito de compras del Banco Central. “Va a seguir comprando porque no va a liberar el cepo, va a ir limitando muy quirúrgicamente la liberalización del mercado de cambios. Las reservas netas mejoraron casi US$3.000 millones y si no hacían nada el panorama se complicaba muchísimo”, se apuntó.

El freno recesivo. En términos de actividad económica en el mercado se ve un horizonte claro: que la economía está entrando en un tobogán o en la peor fase del ciclo recesivo; y con algunos sectores traccionando, como el agro y energético.

“Creemos que hasta marzo, en un contexto en el que el acceso al mercado cambiario sigue siendo tan limitado, el gobierno va a ir apuntando a bajar la inflación a través de recesión y de sacar pesos del mercado. Así, las tasas de intereses pueden ir a un sendero de tasas reales, se neutralizan en términos reales con la baja de la inflación y sin necesidad de ir subiendo más la tasa. Ese es el camino que vemos hasta marzo», sostuvo Polo.

Y añadió: «Hoy, el mecanismo de disciplinamiento que tiene el gobierno para contener las variables es la caída de la actividad, noviembre ya fue testigo de eso. La economía va a ir limpiando los préstamos que hicieron proveedores del exterior y el Plan Platita que movió los últimos meses. Por eso vemos una actividad que va a ir intensificando su caída. Es muy probable que los salarios hayan caído fuerte en términos reales en diciembre y para adelante. Vemos caída de empleo y caída de salarios reales que va a llevar a pique el consumo en los próximos meses”.

Se atrasa el TCO

En relación al atraso en el tipo de cambio y al recalentamiento de la brecha con el paralelo desde Cohen advirtieron: “Si el gobierno no mueve el ritmo de devaluación para mediados de marzo vamos a tener el mismo tipo de cambio real que teníamos previo a la devaluación de las PASO. Sería una oportunidad perdida, un crimen volver a esos niveles. Y si este ritmo de devaluación se mantiene hasta abril vamos a tener el mismo tipo de cambio previo a la devaluación de Milei. La sensatez del gobierno implicaría que aceleren el ritmo de devaluación a partir de febrero. La matemática es cruel, si no lo hacen el objetivo de reservas no se cumple”.

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