Villarruel se propone parar el sangrado económico social, arengó que voten contra el decreto

Victoria Villarruel reunió a los senadores que pueden voltear el DNU y los arengó para que voten en contra del decreto de Javier Milei en la sesión de este jueves.

«Voten lo que tengan que votar, hay que hacer respetar el Congreso», les dijo la vicepresidenta, en medio de la guerra que se desató con el presidente. Villarruel busca autonomía legislativa, evitando una sumisión que erosionaría el sistema democrático, además de imponer su propia impronta dentro de los marcos legales.

Los senadores del medio son el entrerriano Edgardo Kueider, el correntino Camau Espínola, la rionegrina Mónca Silva, la neuquina Lucila Crexell y la cordobesa Alejandra Vigo. Estos senadores no pertenecen a Unión por la Patria y son claves para inclinar las votaciones a favor o en contra del oficialismo.

Villarruel vivió las horas más vertiginosas desde que es vicepresidenta. Luego de incluir el DNU en el temario de la sesión, fue víctima de ataques de trolls que trabajan físicamente en Casa Rosada.

Uno incluso habló de colgar a la vice en Plaza de Mayo y otros se metieron con cuestiones personales de la vice que agravaron el conflicto. Pese a esos ataques, Villarruel lanzó una maniobra, anticipada en exclusiva por LPO, para postergar el tratamiento del DNU por una o dos semanas.

Pero un comunicado de Milei en la que la acusó de «avanzar con una agenda propia e inconsulta». Villarruel dejó sin efecto la maniobra en la reunión parlamentaria y luego se reunió con los senadores del medio.

Milei sospecha que Mauricio Macri está detrás de los movimientos de autonomía de Villarruel, que en la semana se reunió en privado con Miguel Pichetto. Macri y el peronismo republicano son las dos bases en las que se apoya la vicepresidenta para hacer de contrapeso contra el presidente.

Hoy el senado podría rechazar el DNU, dejando en manos de los diputados nacionales la ultima palabra, pero con un quiebre dentro del oficialismo que obligaría a una nueva baraja, donde la vicepresidenta sería parte de los acuerdos básicos para cualquier política nacional, hoy relegada a los claustros de un congreso gris.

También puede entenderse, más allá de las sospechas de acuerdos políticos que tendrían a Villarruel como abanderada, que una nueva hoja de ruta en Argentina, ya que hasta el propio FMI esta por estas horas solicitando modificaciones al plan de «Toto» Caputo al cual consideran que arrastra al país a un nuevo fracaso, agotando la paciencia social, lo que podría derivar en un que haría imposible que los acreedores perciban el dinero prestado irresponsablemente a la administración Macri, quien además intenta evitar quedar pegado al crash económico que el mismo vaticinó.