Beneficios y desventajas del vínculo entre la Argentina y China

 Beneficios y desventajas del vínculo entre la Argentina y China
El Año Nuevo Chino dio lugar a análisis sobre la relación comercial y financiera con el gigante asiático. Cuáles son los puntos fuertes y cuáles hay que mejorar.

Por Mara Pedrazzoli // A diferencia de otros países latinoamericanos, la relación comercial bilateral con China es deficitaria para Argentina y el valor de las exportaciones perceptiblemente menor. Así, analizando también las líneas de financiamiento chino aquí, un reciente trabajo del centro de investigaciones Fundar concluye que existe potencial para ampliar la participación en el mercado asiático mediante proyectos con repercusiones en la generación de capacidades exportadoras, y que además promuevan la coordinación con el sector privado.

China lidera de forma itinerante el ranking de los principales socios comerciales de Argentina, podio que comparte con Brasil. El mercado chino y de los países del sudeste asiático es de aproximadamente unas 2000 millones de personas en un territorio con relativa escasez de recursos naturales y demanda creciente, de momento el perfil exportador es y será fundamentalmente primario pero Argentina debe pujar por aumentar los volúmenes de ventas. El intercambio bilateral pasó de 3200 millones de dólares en 2003 a 19.800 millones en 2021, explican desde Fundar.

Exportadores pero no tanto

Las exportaciones con destino al gigante asiático se expandieron durante el período 2003-2011 y desde entonces prácticamente se estancaron entre los 4000 y 5000 millones de dólares, registrando además un pico de 7000 en 2019 producto del boom de ventas del sector cárnico, observan los especialistas. Según datos de Indec actualizados a 2021 se advierte el siguiente perfil exportador: los principales productos son porotos de soja y carne bovina (cada uno representa casi un 32 por ciento de las ventas totales), la cebada y el aceite de soja les siguen en relevancia (dando cuenta del 7 por ciento del total cada uno) y luego el sorgo en grano, algunos crustáceos, cuero, etc. En 2021 China explicó el 8 por ciento de las ventas totales argentinas.

También las ventas al gigante asiático de otros países latinoamericanos se basan en recursos naturales, entre los que se destacan el mineral de hierro proveniente de Brasil y Perú, el cobre de Chile, también la soja, petróleo y celulosa y otros productos con menor peso como proteínas animales, frutas y vinos.

En términos comparativos el trabajo advierte, en primer lugar, que entre los principales latinoamericanos solo Argentina tiene déficit bilateral con China: “En 2021 Brasil tuvo un superávit de 40.200 millones de dólares, Chile de 8200 millones y Perú de 3300 millones”, mientras Argentina tuvo un déficit de 7200 millones de dólares. En segundo lugar observan que los valores exportados por estos países hacia China superan con creces el valor de las exportaciones argentinas: “En 2021 Brasil exportó hacia China 87.900 millones de dólares, Chile 34.500 millones y Perú 17.900 millones, en cuanto que Argentina totalizó apenas 6100 mil millones” concluyen.

El trabajo titulado “Hoja de ruta para una integración sostenible entre Argentina y China” fue elaborado por Santiago Bustelo y Florencia Rubiolo, y fue difundido en vísperas de la conmemoración del Año Nuevo Chino que se celebró este domingo. Según su calendario indica “la llegada del año del Conejo de Agua, un símbolo de longevidad, paz y prosperidad en la cultura china, por lo que se prevé que 2023 sea un año de esperanza”.

Inversiones y créditos

Además de analizar las relaciones comerciales bilaterales, el trabajo de Bustelo y Rubiolo se centra en las inversiones y las líneas de préstamos de China para Argentina. Un aspecto a destacar en ese sentido es que “el financiamiento para el desarrollo occidental en las últimas décadas ha centrado progresivamente sus recursos en los resultados sociales, dejando de lado la cuestión de la transformación estructural y la inversión en infraestructura: en este punto China hace una contribución distintiva”, sostiene Fundar.

Existen dificultades a la hora de rastrear precisamente las inversiones chinas, pero basándose en la compilación de datos del China Global Investment Tracker, del American Enterprise Institute, los investigadores encuentran que “Argentina se ubica en el cuarto lugar como principal destino de inversiones chinas en América del Sur, por detrás de Brasil, Perú y Chile, con un stock total de 10.800 millones de dólares”. Las empresas europeas y norteamericanas mantienen predominancia.

Los hallazgos son más relevantes en cuanto al financiamiento, destacando la contribución distintiva china en proyectos de infraestructura (como carreteras, vías férreas, puertos marítimos, aeropuertos, etc.) y con tasas de interés notablemente más bajas que las tasas del mercado. Asimismo, detallan desde Fundar que los préstamos chinos tienen un destacado rol en el desarrollo de proyectos energéticos, donde sobresale la construcción de dos represas hidroeléctricas en Santa Cruz y los parques solares Cauchari, y de transporte, entre los cuales vale mencionar las inversiones en líneas férreas para el Belgrano Cargas, compra de rieles para la línea General San Martín y vagones para el subterráneo de la línea A.

Pero los investigadores son críticos en relación a dos cuestiones. Por un lado mencionan que “una parte considerable del financiamiento recibido se destina a la importación de bienes de capital y al pago de servicios para empresas constructoras de China, por lo que los préstamos contraídos no necesariamente se gastan o se utilizan a nivel local” y, por el otro, que “si bien contribuyen a la mejora de la infraestructura nacional, no implican directamente la generación de divisas o saldos exportables”.

En ese sentido, Santiago Bustelo afirma que “es necesario balancear la agenda de financiamiento con una visión más diversificada de la relación bilateral, que también coloque el énfasis en la atracción de inversión directa por parte de empresas chinas para proyectos productivos rentables en base a mecanismos de mercado y con una salida exportadora complementaría a la creciente demanda de China y Asia del Este”.

Los swaps

Otro hito importante en la relación entre Argentina y China es la firma de contratos de swap de divisas que se fueron consolidando como una alternativa frente a la imposibilidad de acceso al crédito internacional. Se trata de líneas permanentes de crédito entre bancos centrales que suelen activarse en contexto de escasez de divisas para administrar las crisis cambiarias, como ocurrió a fines de 2014 y en el inicio del gobierno de Macri.

Desde Fundar observan que “con las sucesivas activaciones del acuerdo, los fondos chinos se fueron convirtiendo cada vez más en una fuente esencial de las reservas extranjeras argentinas, transformando en cierto sentido a China en un prestamista de última instancia para Argentina”, como el FMI. Y arrojan las siguientes cifras: “Para 2020, el canje de divisas con China totalizó un monto de aproximadamente 18.500 millones de dólares, lo que representaba el 42 por ciento de las reservas internacionales de Argentina”. A fines del año pasado el gobierno argentino el swap de monedas en el equivalente a 10.000 millones de dólares, lo cual permitió duplicar las reservas de libre disponibilidad del Banco Central.

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