El sueño entrerriano terminó aplastado por una cosechadora

 El sueño entrerriano terminó aplastado por una cosechadora

Era conocido que «algo» iba a ocurrir porque es imposible tratar de ocultar tanto dislate para tratar de sostener una candidatura inviable, la presidencial de Sergio Urribarri. Fue el tema de las cosechadoras, pero pudo haber sido cualquier otro de los tantos que conformaron el relato kirchnerista en Entre Ríos. La farsa ha llegado a su fin.

PARANÁ (Especial para Urgente24). “El Pato es un ave de vuelo bajo, así que era imposible que el sueño de este pato por  volar alto se hiciera”, ironizaba un viejo dirigente del peronismo entrerriano sentado junto a otros amigos en una mesa de una tradicional cafetería de Paraná; se refería al daño que la noticia sobre lo ocurrido con la tristemente famosa fábrica de cosechadoras de los amigos de Sergio Urribarri iba a ocasionar sobre la imagen del candidato presidencial del cristinismo.

Pero más allá de lo que sostenía aquél viejo dirigente sobre el vuelo de los patos, lo cierto es que acá todos sabían que en cualquier momento algo de todo lo que se relató, con bastante éxito por cierto, en algún momento iba a estallar. Así como fue el tema de las cosechadoras, podrían haber sido muchas otras las cosas que pusieran blanco sobre negro en la descabellada posibilidad de lograr que Urribarri se transformara en un candidato posible.
Hace apenas una semana distintas empresas consultoras de opinión hicieron relevamientos acerca de cuál es el conocimiento que tiene la gente de distintos candidatos del peronismo oficialista, es decir de aquellos que están decididos a competir por la sucesión de la actual presidenta en nombre del kirchnerismo. Los resultados de esas encuestas deberían haber sido suficiente para el gran soñador entrerriano: en ninguna de ellas alcanzaba una medición como para considerarlo aunque sea una posibilidad. Pero ya sabemos cómo es el kirchnerismo, y mucho más aquellos a los que les dio un lugar al que nunca pensaron que podrían llegar, e insistieron, fundamentalmente el denominado cristinismo, a los que podríamos llamar los “pura sangre”, con la candidatura del gobernador entrerriano. Solamente la irracionalidad del cristinismo podía seguir ratificando esa aspiración de Urribarri.
Y lo que muchos por acá especulaban que podría suceder, sucedió, y justo en el momento en que parecería que ese cristinismo, avalado sin dudas por la presidente Cristina Fernández, estaba decidido a jugar todas las fichas a favor de Urribarri. Como la ruleta aún no está girando, seguramente habrá alguien (¿Randazzo?) que se debe estar frotando las manos ante el“infortunio” del entrerriano, esperando que los “pura sangre” decidan cambiar sus fichas para jugar por otro candidato.
La desazón que había hoy en muchos lugares de la provincia vinculados con el “sueño” daba realmente lástima, porque ante lo que será la inevitable caída de la candidatura de Urribarri (sostenerla va más allá de la razón, de la política y de la inteligencia), son muchos los que verán frustradas sus aspiraciones a ocupar lugares preponderantes en el futuro.
Fue lamentable para los entrerrianos leer y ver en los principales medios nacionales la cobertura sobre el tema de la fábrica de cosechadoras, pero fue aún más penoso y patético, confrontar, al mismo tiempo, la actitud de los principales medios de la provincia, los amigos, los que reciben el permanente apoyo financiero del gobierno de forma espuria, haciendo hasta lo imposible para disimular lo que estaba sucediendo.
Los dos diarios de papel más importantes de la provincia (comenzando por El Diario de Paraná), ni siquiera hicieron mención al hecho y algunos locales de ciudades importantes dieron cuenta del suceso, pero poniendo al gobierno como una víctima más del fraude.
Menos se ocuparon del asunto el oficialista Canal 9 de Paraná, ni Canal 11, también de la capital provincial, ni radios como La Voz, del diputado-locutor Almará, ahora amigo de Urribarri. Sólo medios independientes que publican por Internet, y que no cuentan con ningún apoyo del Estado, reflejaron en su justa medida lo sucedido.
La pesadumbre por lo ocurrido también comenzó a provocar algunas reacciones propias de los que olfatean que el sueño ha llegado a su fin y rápidamente buscan despegarse, lo que no constituye ninguna sorpresa en el peronismo residual.
Trascendió hacia el final de la tarde del viernes 04/04 que hubo dos llamados de la presidente Cristina Fernández: uno al gobernador Urribarri y otro a la intendenta de Paraná, Blanca Osuna. Si bien no se conocieron detalles sobre los mismos, se especulaba que estaban relacionados con el tema de la candidatura y las cosechadoras, en el caso del gobernador y por las sucesivas denuncias que se realizan contra la pésima administración, en el caso de la  intendenta de Paraná.
No hay que olvidar que tanto el gobernador Sergio Urribarri, como la intendenta de Paraná, Blanca Osuna, son funcionarios sobre los que la presidente Fernández había depositado una confianza que nunca tuvo hacia otros. Y ninguno de los dos le está demostrando correspondencia a ese trato.
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